martes, 23 de marzo de 2021

Protectorado español de Marruecos. Centenario de la Guerra del Rif 1921.

No hubo responsabilidades políticas. 10.973 soldados españoles y 2.390 soldados indígenas murieron en el Rif en aquel verano de 1921.


España nación protectora del norte de Marruecos por convenio con Francia de 1912 y aceptación por el Sultán Muley Ben Hassan Abdelaziz en 1913. El Raisuni controla la Yebala y Abd el Krim el Rif. El 12 de enero de 1921, las tropas del General Silvestre, Comandante General de Melilla desde 1920, ocupan Afrau a unos diez kilómetros de Annual. El 15 de enero ocupan Annual sin encontrar resistencia.

A primeros de marzo, Silvestre hace llegar al Alto Comisario y Jefe del Ejército de África, General Berenguer, su plan para desplegar en el Rif. Berenguer solo autoriza tomar Alhucemas. Sin embargo, el día 12 Silvestre ocupa Sidi Dris, enclave costero cerca de Annual.

El 2 de junio la columna del Comandante Villar, de la Policía Indígena, toma Abarrán dejando dos compañías. Los rifeños atacan por sorpresa. Se produce una desbandada y Villar pierde el control de la situación. Casi todos sus oficiales mueren. El 5 de junio Silvestre y Berenguer se reúnen a bordo del crucero Princesa de Asturias. Los refuerzos que pide Silvestre son rechazados. Berenguer mantiene al grueso del Ejército de África en la Yebala para controlar a El Raisuni e informa al Ministro Marichalar que “Actualmente, nada ofrece que pueda ocasionar la menor alarma o inquietud”. Silvestre, disconforme, ordena fortificar Igueriben a cinco kilómetros de Annual.

A primeros de julio Igueriben es cercado por harkas. No hay agua, ni comida, ni forma de apoyarles. La guarnición sale a la desesperada. Algunos oficiales se suicidan. Unos pocos soldados llegan a Annual, donde Silvestre ordena el día 22 “resistir”. Esto provoca la huida de algunos oficiales. Otros, se mantienen en sus puestos, pero la Policía Indígena deserta. La desbandada es incontenible. Silvestre, que ha visto caer muertos a sus ayudantes y ve agonizar a sus tropas se suicida de un disparo. Por la tarde, el general Navarro, segundo jefe de la Comandancia de Melilla, toma el mando.

En Dar Drius Navarro ordena el día 23 la retirada, confía alcanzar Fuerte Arruit a solo 38 kms de Melilla. Los rifeños atacan en Igan. El Regimiento de Caballería Alcántara, con el teniente coronel Primo de Rivera al frente de 700 cazadores, cargará hasta la extenuación para proteger la retirada de las fuerzas, muriendo el 90% de la unidad y consiguiendo en el año 2012, la Laureada colectiva.

El 22 de julio Berenguer reconoce la situación desesperada en el Rif y ordena el envío de refuerzos. El 24 de julio la I y II Banderas de la Legión, al mando de los comandantes Franco y Fontanés, llegan desde Ceuta. El 25 desembarca un Tabor de Regulares de Ceuta y un Regimiento de Infantería de Málaga. El General Sanjurjo llega a Melilla el 26 y toma el mando de las Fuerzas. Finalmente el 28 las fuerzas de Navarro consiguen llegar a Arruit. Berenguer informa al Ministro Marichalar del plan de operaciones para rescatar a las Fuerzas de Navarro y solicita el apoyo de fuego del acorazado Alfonso XIII. Entre tanto, el 2 de agosto el destacamento de Nador, a 15 Kms de Melilla, se rinde; el 3 de agosto los pocos españoles que quedan en Zeluán, posición entre Arruit y Nador, capitulan, el resto están muertos. Marichalar informa a Berenguer el 4 de agosto que el Ministro de Marina, Fernández Prida, no proporcionará el apoyo de la Marina.

Ante la caída de Nador y Zeluán y la falta de apoyo naval no se acude en ayuda de Arruit. El 9 de agosto Navarro se rinde convencido de que los rifeños les respetarán. Los españoles dejan las armas y salen del Fuerte. Tres mil hombres son vilmente asesinados. A Melilla llegan 69 supervivientes y los rifeños toman 18 prisioneros, Navarro entre ellos. Sin embargo en poco más de un mes las Fuerzas españolas retoman Nador y en octubre el Gurugú, Zeluán y Monte ArruitAnnual no se ocupará hasta cinco años después.

El 24 de agosto se ordena al general Picasso que no incluya al Alto Mando en la investigación de los hechos acaecidos en la Comandancia de Melilla. Picasso concluye el sumario el 23 de enero de 1922 y el 10 de julio se constituye, en el Congreso de los Diputados, una Comisión de Investigación para dilucidar “responsabilidades políticas”. No se exigen a nadie. Picasso da fe en el expediente de actos heroicos sublimes, la mayoría silenciados, pero también de negligencias abrumadoras y de cobardías infames, todas ellas sobreseídas o indultadas.

En el sumario que se encarga en 1923 al general auditor Ayala se encausó a los generales Berenguer y Navarro. La amnistía de 1924 exoneró a Berenguer y a todos los oficiales procesados. Navarro había sido absuelto en el sumario anterior y Silvestre se había suicidado. No hubo responsabilidades políticas. 10.973 soldados españoles y 2.390 soldados indígenas murieron en el Rif en aquel verano de 1921.

Las victorias tienen muchos padres, las derrotas son huérfanas”.

Luis Feliu Bernárdez. Academia de las Ciencias y las Artes Militares

lunes, 22 de marzo de 2021

Los guardianes de la montaña


El Servicio de Rescate e Intervención de Montaña de la Guardia Civil socorre cada año a decenas de personas en la provincia gaditana



Las montañas, como el mar, ejercen un fuerte poder de atracción. Enamoran, pero pueden matar. Un simple error de cálculo, una mala interpretación del parte meteorológico, y habrá vidas en juego. Para socorrerlas, en la década de los 90 se creó el Servicio de Rescate e Intervención en Montaña de la Guardia Civil. En la Sierra de Cádiz no existe un equipo fijo para atender a los montañeros o espeleólogos que se aventuran por sus montes y grutas, pero eso no quiere decir que estén dejados de la mano de Dios. Los guardianes de la montaña acuden cada vez que su labor se requiere desde su base en la localidad malagueña de Álora. Allí se encuentra el Equipo de Rescate e Intervención en Montaña (EREIM) dependiente del Área de Granada. El teniente Rubén Santos es el jefe de la Sección de Rescate e Intervención en Montaña (SEREIM) de Granada, lo que quiere decir que tiene bajo su influencia toda Andalucía, Murcia, Albacete, Valencia, Canarias y Baleares.

Hay tres tipos de unidades de montaña. Están los SEREIM, a las órdenes de un oficial y con entre 15 y 16 miembros; los GREIM, mandados por un suboficial que tiene a sus órdenes a entre 8 y 11 personas; y por último los EREIM, compuestos por entre seis y ocho agentes mandados por un cabo. “Cuando hay necesidad de coordinar un operativo importante vemos qué personal de apoyo puede acudir”, relata el teniente Santos. “Por ejemplo, si hay un rescate serio en la Sierra de Cádiz y el EREIM de Álora necesita ayuda pues nosotros nos desplazamos desde Granada en helicóptero”, dice.

Rubén Santos recuerda con especial detalle el rescate del cuerpo de un espeleólogo fallecido en una cueva cerca de Villaluenga del Rosario al sufrir un infarto a 160 metros de profundidad. “Hubo que coordinar a muchos efectivos para trabajar en una formación rocosa con cresta. El rescate de espeleosocorro es de los que más coordinación necesitan. En este caso trabajamos el SEREIM de Granada y un 80% de agentes de la zona gaditana. Fue complicado”.




En España hay cinco áreas territoriales: el área de Jaca, donde está la central del cuerpo, el de Cangas de Onís, el de Granada, Navacerrada y Viella (Cataluña). El SEREIM de Granada participó, por ejemplo, en las labores de rescate del pequeño Julen en aquel pozo maldito. “Somos unidades independientes pero muy conectadas, esto en otro cuerpo no existe”, comenta Santos. “Hablamos el mismo lenguaje, hay 45 hombres bajo mi mando, yo me encargo de su evaluación en materias estivales, invernales o de socorro. Sé que en Álora se habla el mismo idioma que en Granada, que puedo confiar en todos por igual, y eso es muy importante”, afirma.

La Sierra de Grazalema es una zona especialmente conflictiva para los montañeros. Es la frontera natural entre las provincias de Cádiz y Málaga, donde también se encuentra la Sierra de las Nieves. “Álora no es sólo para la demarcación de Málaga, porque está a pie del macizo montañoso y con el helicóptero podemos desplazarnos a cualquier parte”.

Al teniente Santos, como jefe del SEREIM de Granada, se le da novedades diariamente de todos los incidentes de su jurisdicción. “La cuestión es –explica– que además de ser socorristas somos agentes de la autoridad y podemos llevar a cabo la investigación de un accidente. Por ejemplo puede haber un fallecido por un desprendimiento, o por caída de cascotes, por un factor humano. No se producen en un porcentaje muy elevado, pero ocurren de vez en cuando y hay que saber qué ha pasado. Si una persona muere en un barranco hay que saber qué ha ocurrido exactamente. Y para eso estamos nosotros”.

Requisitos para entrar en el Grupo de Montaña

Podría decirse que el Servicio de Montaña de la Guardia Civil es una especie de grupo de elite, agentes que se someten a un durísimo entrenamiento permanente y que pasan pruebas periódicas para comprobar que su estado físico sigue siendo el mejor entre los mejores. Pero para llegar al grupo primero hay que ser guardia civil. “Después es indispensable haber realizado las prácticas en una unidad de montaña”. Además, explica Rubén “el curso de montaña sale una vez al año. El perfil de quienes optan al mismo es de gente aficionada al deporte, a la montaña, es casi algo que se elige por vocación. Una vez que se solicita tener acceso al curso hay que superar unas pruebas físicas muy duras, además de teoría y un examen psicotécnico. Entre todos los que se presentan se cogen a los mejores y esos pasan al curso propiamente dicho, que tiene lugar durante nueve meses en el Centro de Adiestramiento Específico de Montaña que se encuentra en la Unidad Central de Jaca. Es como una academia pero enfocada a la preparación para formar parte de esta unidad”.

Allí, al amparo de instructores, realizan movimientos en la montaña tanto en verano como en invierno. “Hay que tocar todas las facetas posibles que puedes encontrarte en lugares de difícil acceso. No acaban todos los que empiezan el curso, porque es muy duro. Se van seleccionando a los mejores, hay gente que renuncia por diferentes motivos, y los que acaban salen ya con el curso de especialista de montaña hecho y listos para pedir destino en alguna de las cinco áreas existentes”.

Advierte el teniente Santos que eso no quiere decir que ahí se acabe la preparación. “En ese momento, cuando llegan a la unidad, es cuando entro yo. Porque con el tiempo los humanos tendemos a meternos en ese círculo de confort y nosotros no podemos permitírnoslo. Los jefes de unidad, como es mi caso, tenemos la obligación de hacer que practiquen todo lo aprendido. Un mes nos centramos en barranquismo, otro entrenamos en un par de cuevas, hacemos prácticas con el helicóptero...”.

Santos va visitando las diferentes unidades que integran su área para observar el bagaje personal. “Y si vemos que hay quien no está dando lo mínimo exigido se le examina otra vez en Jaca. En caso de no pasar ese nuevo examen tiene que salir de la unidad”.

Esto no quiere decir que sólo los agentes más jóvenes puedan tener acceso a estos grupos de montaña. “Yo he visto a compañeros con 56 años que han pasado a la reserva porque han querido, pero que estaban en unas condiciones óptimas para el servicio. No hay que ser un supermán, pero sí hay que mantenerse. Y cuesta. Lo que ocurre es que a los que estamos en este grupo nos gusta mucho el deporte, nadie fuma por ejemplo, y mantenemos un buen tono físico”.

Al preguntarle qué es lo más complicado de su trabajo comenta que “los rescates invernales. Primero porque suelen ir ligados a mal tiempo, empieza a nevar, bajan las temperaturas, el periodo de luz solar se reduce. Esto provoca que por ejemplo una expedición a la montaña empiece a tener problemas pero hasta las tres de la tarde no pida ayuda. A esa hora ya tenemos poco margen para resolver la incidencia por la falta de luz, lo que te obliga a actuar de manera más rápida. Los helicópteros tienen sus limitaciones para volar si hace niebla o la visibilidad es escasa por falta de luz. En verano al menos sabes que de frío no se va a morir nadie, en invierno cabe esa posibilidad. Además, sin nieve es más fácil subir a un pico, en invierno necesitas un piolet, o tienes que llevar esquís, material pesado”.


Y luego están los rescates en barranco, donde todo se complica aún más. “La seguridad aquí es muy subjetiva, porque entra en escena también la fuerza del torrente del agua. El barranco puede entrar en carga de repente estando tú dentro, entra más agua y con más fuerza, puede empezar a llover con más intensidad y aumentar el cauce. Es peligroso”. Aquí el teniente Santos explica algo fundamental. Porque hablamos de vidas humanas, de rescatar a personas pero siempre que sea posible. “Nosotros siempre decimos que hay que salvarle como sea, pero como sea posible, no como sea imposible. En un barranco los rescates tienen más peligro”.

Según los datos que maneja la Guardia Civil, los accidentes fortuitos nacionales no llegan al 5%. Hablamos de los que verdaderamente se producen por causas ajenas al ser humano. “Por ejemplo, vas andando por una ladera y más arriba una cabra tira una piedra que provoca un desprendimiento, una cascada de rocas, te caen encima y te matan. Eso es un accidente fortuito. Ahora, un montañero se despista, se pasa el cruce, se pierde, se cansa... Eso es una imprudencia. Como lo es no ir preparado, no llevar ropa de abrigo aunque el parte haya dado buen tiempo, no llevar GPS. Eso es culpa del montañero, no es un accidente. Puede pasar que el parte meteorológico se haya equivocado, o que tú lo hayas interpretado mal, es una negligencia por mala información. Como lo es no llevar material adecuado por si tienes que hacer una noche en la montaña. Así de claro”.

Atención a la Sierra de Cádiz

La Guardia Civil lleva en Álora desde 2002, y en todo este tiempo ha atendido multitud de incidencias en Cádiz, no todas, porque de muchas antes se ocupaban los bomberos hasta hace pocas semanas, cuando ya se ha sabido que no van a prestar este servicio. “Nosotros hemos ido siempre que se nos ha llamado. No vamos a duplicar esfuerzos, si ya iban los bomberos ¿para qué nos íbamos a desplazar nosotros?”.

Recuerda Rubén un accidente de dos barranquistas en la Garganta Verde que fue especialmente complicado de resolver y algunos otros. “Ahora que no van a estar Bomberos entendemos que vamos a hacer más falta, que se nos va a llamar más y allí estaremos. Si hay un accidente de montaña en Cádiz lo van a atender los mejores y de la mejor forma. Está Álora y si hacen falta refuerzos desde Granada vendremos. Quiero trasladar esa tranquilidad a los montañeros. Nadie va a dejar de ser atendido”.

domingo, 14 de marzo de 2021

Martorell Lacave, un almirante para salir a flote en tiempos difíciles.

El nuevo jefe de la Armada, especialista en submarinos y curtido en la OTAN, accede al cargo en un momento en que la crisis económica y la pandemia están mermando las unidades en activo hasta límites desconocidos.



Todo tiene un origen, una razón de ser que explica por qué las cosas son como son y no de otra forma. En el caso de Antonio Martorell Lacave (Bilbao, 1960) hay que remontarse a cuando tenía 10 años de edad y su padre, capitán de navío del Cuerpo de Ingenieros de la Armada, era director de la empresa nacional Bazán en Ferrol, junto con San Fernando y Cartagena los principales astilleros militares del país. La brisa en el pelo, el sabor a salitre, los delfines pespunteando el mar a proa... Pocas cosas le gustaban más a aquel niño que hacerse a la mar aprovechando las prácticas de las fragatas clase Baleares que allí se construían. «Allí le perdí el miedo al mar -confiesa-, pero nunca el respeto».

Este militar de carrera, con una hoja de servicios como para empapelar un pasillo, es desde el mes pasado el nuevo Jefe del Estado Mayor de la Armada. Elegido a propuesta de la ministra de Defensa, Margarita Robles, su ascenso se produjo tras la renuncia del JEMAD Miguel Ángel Villarroya, después de conocerse que él y otros miembros del Estado Mayor de la Defensa habían recibido la primera dosis contra el Covid-19 pese a no estar entre los grupos prioritarios de vacunación. Su puesto lo ocupará ahora el almirante Teodoro López, que es a quien Martorell viene a sustituir.

Aunque su puesto esté desde hace tiempo en los despachos, la carrera de Martorell no es ajena a las estrecheces de los camarotes, las pistas de despegue batidas por el viento o las mesas trazadoras. Allí los oficiales se apretujan en torno a la rosa de los vientos para calcular rumbos, calados y trayectorias de torpedos, entre una sinfonía de pitidos y ruido de estática que llega de la radio o del sónar. Experto en submarinos, el hasta ahora almirante de la Flota sabe lo que es moverse entre mamparos y pasillos angostos cubiertos de cables, válvulas y sensores, mientras el casco sumergido a 180 metros de profundidad soporta presiones de 20 kilos por centímetro cuadrado. Casi casi lo que le espera en la superficie, pensará más de uno.

Un marino «exigente»

El nuevo 'master & comander', casado y con tres hijos, se forjó en la Escuela Naval de Marín (Pontevedra), donde los alumnos de cursos inferiores al suyo le recuerdan aún como «un brigadier duro». Él no se tiene por tal, pero admite que es exigente, y lo argumenta con un aforismo que parece sacado de 'El arte de la guerra'. «La dureza se suaviza con inteligencia y la exigencia, con ejemplo, y para tener ambos hacen falta años de experiencia». Puro Sun Tzu.

En cuanto recibió el despacho en 1984, su carrera despegó y ha sido un carrusel inagotable. Embarcado en fragatas, corbetas, dragaminas, buques de asalto anfibio, cazaminas; ha sido jefe de operaciones, de sistemas de combate, comandante... En Cartagena fue donde comenzó su idilio con los sumergibles, tras dirigir el Taller de Torpedos del Arsenal y tiempo después saltó a la OTAN (habla inglés a la perfección), en cuyo Cuartel General Conjunto de Nápoles pasó destinado tres años. Entre sus condecoraciones están la Gran Cruz del Mérito Naval, la de San Hermenegildo y una docena más, nacionales y extranjeras.

Sus colaboradores más próximos -hasta el mes pasado en la Base Naval de Rota, ahora en el Cuartel General de la Armada, en Madrid- le describen como un hombre de acción, nada amigo de los despachos. También dicen que ejerce de bilbaíno, aunque ya no tenga familia allí desde mediados de los 80. Lo corrobora él mismo cuando se le pregunta por la otra 'escuadra' que desata en él pasiones: «El Athletic ha sido y será mi equipo de toda la vida», al tiempo que recuerda las tardes pasadas en el antiguo San Mamés y al que ha sido siempre su ídolo sobre el terreno de juego, Iribar. Hombre muy familiar, a Martorell sólo se le conoce un vicio inconfesable: el modelismo. Ese y los libros de Historia (en la actualidad está leyendo 'Los Tercios', de Javier Esparza).

25 buques menos

No parece que Martorell lo vaya a tener fácil en un momento marcado por las estrecheces. La Armada lleva años perdiendo recursos a un ritmo galopante, primero por culpa de la crisis de 2008 y después de la pandemia, cuyos rigores han obligado a reorientar las prioridades de Defensa. Lo demuestra el hecho de que desde 2008 se hayan dado de baja 25 buques y sólo se hayan incorporado nueve a la flota, algunas de ellas unidades de acción marítima (BAM) destinadas a misiones de salvamento y apoyo al rescate.

Martorell es experto en submarinos, precisamente el arma que atraviesa la peor situación. Las tres unidades con que contaba la Armada el año pasado han superado ya su edad de jubilación después de 35 años de servicio. La gran carena (revisión exhaustiva) a la que se sometió el 'Galerna' en 2020 y que ha concluido en enero y la retirada del 'Mistral' dejaron al 'Tramontana' como único activo de un arma «disuasoria e indetectable», en palabras de Ernesto Zarco, comandante de la flotilla con base en Cartagena, Y solitaria, habría que añadir ahora, mientras no estén listas los cuatro S-80 que fabrica Navantia por 4.000 millones de euros y cuya primera unidad, el 'Isaac Peral', no estará lista antes de fin de año.

Pero la obsolescencia de material que aqueja a la Armada española va más allá. Afecta también al AV8B Harrier, pendiente de sustitución para mantener la proyección del poder naval sobre tierra; o las fragatas de la clase Santa María, también al final de su vida operativa y a las que deberían suceder las F-110, «imprescindibles», ha descrito Martorell, en un país tan dependiente del tráfico marítimo como el nuestro. Tiene por delante todo un desafío, aunque nada como un almirante para salir a flote en tiempos difíciles.


sábado, 27 de febrero de 2021

La Infantería de Marina celebra con orgullo 484 años de servicio a España




Una parada militar recuerda en San Fernando la antigüedad del cuerpo.


Con un acto mucho más comedido que en otras ocasiones a causa de la pandemia pero con el mismo orgullo y brío de siempre, la Infantería de Marina ha cumplido hoy en San Fernando con una de sus tradiciones más arraigadas: la de celebrar su aniversario, que no es poca cosa cuando se trata de la más antigua del mundo. 

Los herederos de aquellas Compañías Viejas del Mar de Nápoles que se remontan a 1537 han conmemorado el 484 aniversario de la creación del cuerpo con una parada militar cargada de solemnidad y respeto hacia esa herencia de casi cinco siglos que ha presidido el General Comandante del Tercio de Armada, el general de brigada Rafael Roldán Tudela

El legado que custodian está próximo a cumplir ya medio milenio y los infantes de marina se precian de ello. Así que el acto ha sorteado la lluvia para celebrarse en el histórico patio de armas Lope de Figueroa del antiguo Cuartel de Batallones, el mejor escenario posible para este homenaje al pasado, presente y futuro del veterano cuerpo de la Armada, que de eso se trata: de echar la vista atrás con orgullo para encarar los retos que depara el futuro. 

Efectivos del Tercio de la Armada (TEAR) y del Tercio Sur (TERSUR) -unidades que comparten las instalaciones que se asientan en San Fernando- han tomado parte en esta simbólica parada militar en la que una sección ataviada con los uniformes históricos que la Infantería de Marina lucía a principios del siglo XIX ha puesto también la nota de color. 

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Durante el acto, en el que también ha participado la unidad de música del Tercio Sur y una escuadra de gastadores, se ha dado lectura al decreto por el que el Rey Juan Carlos I refrenda la antigüedad del cuerpo y señala su creación en el año de 1537. Y, posteriormente, se ha procedido a la simbólica ceremonia de la transmisión de ese legado histórico, un gesto mediante el que de manera figurada el infante de más antiguo entrega al más joven ese 'legado' de la Infantería de Marina. Se trata, explica el Tercio de la Armada, de una ceremonia que "simboliza la transmisión del legado histórico y moral de los infantes de marina y el mantenimiento de su espíritu de cuerpo". 

También, esta señalada jornada para el veterano cuerpo ha hecho hueco a los reconocimientos y durante la celebración del aniversario se ha procedido a hacer entrega de la distinción Amigos de la Infantería de Marina al coronel de la Guardia Civil, Jesús Narciso Núñez Calvo; al comisario jefe de la Policía Nacional de San Fernando Rafael Borque Iñurrita; al comisario principal jefe de Cuerpo Nacional de Policía en Cádiz, Antonio Ramírez Rodríguez; y a la antigua infante de marina, María del Carmen Nevado Flores

Posteriormente se ha rendido un homenaje a los infantes de marina caídos al servicio de España antes de dar por terminada la parada militar. 



viernes, 26 de febrero de 2021

LOS INTELECTUALES Y ESPAÑA. RAFAEL DÁVILA.

LOS INTELECTUALES Y ESPAÑA. RAFAEL DÁVILA


EL MUNDO, EDICIÓN DE 30.01.2021



General de División en la reserva, publica desde hace años un blog que tiene cinco millones de usuarios y que es seguido por todo el Ejército y temido por su honestidad y rigor en el Ministerio de Defensa. Defiende la libertad de expresión de los militares retirados, afirma que el único golpe de Estado que existe es el que están dando Sánchez e Iglesias y critica que se vea a los soldados como agentes de protección civil.

No entiende el General Dávila (Madrid, 1947) que, si todos los españoles disfrutan de la libertad de expresión, se tenga que hacer una excepción con los militares.

Menos aún, cuando pasan a la reserva. Por eso, desde que lo jubilaran a los 60 años («por edad, no por capacidad», aclara) se encomendó a la tarea de escribir diariamente en su blog para dar rienda suelta a sus inquietudes literarias e históricas, que no son pocas.

Pero también, para comentar la actualidad como cualquier ciudadano preocupado por la cada vez más degradada situación política. Y con el propósito de acercar las Fuerzas Armadas a toda la sociedad, en el convencimiento de que el militar debe ser una persona mucho más asequible. «Vamos a ver», se pregunta:

«¿Por qué no puede un militar contar, dentro de lo que se pueda, lo que está

pasando en Letonia? ¿O en el Líbano? ¿Tú sabes lo que está haciendo

España en el Líbano? Yo soy general y tampoco tengo ni idea».

Pregunta.– ¿Y con el Jemad, qué ha pasado?

Respuesta.– Me sorprendió su dimisión, pero a él también le debió sorprender. Es absurda esta ola de populismo que estamos viviendo. Pero no es un fenómeno nuevo. En la Anábasis, Jenofonte cuenta cómo un soldado le increpa a un general diciéndole: tú que vas a caballo mientras yo arrastro el escudo... Vamos a poner a cada uno en su sitio. El máximo jefe operativo del Ejército (porque la ministra o el presidente del Gobierno no son mandos operativos) y el resto de los jefes de las FFAA deben ser los primeros en vacunarse.


Esto es algo que todo el mundo entiende. Pero con esto solo se pretende desviar la atención. El verdadero problema está en que tenemos un Gobierno que no ha sabido gestionar la pandemia desde el principio. Y en estos momentos que tiene la solución en sus manos con las vacunas, tampoco sabe qué hacer Encima, el presidente del Gobierno, con descaro ofensivo, dice en la campaña electoral en Cataluña que ha iniciado el señor Illa, que estamos asistiendo a los últimos coletazos de la pandemia, cuando hoy mismo se está enterrando a gente. Un poco de decencia intelectual. Dejemos el populismo de lado en estos momentos y unámonos.

P.– El Jemad dijo que estaba cumpliendo el protocolo que había diseñado el Ministerio de Defensa.

R.– Supongamos que ha dimitido y que no le hayan presionado. He conocido muchos casos a lo largo de mi carrera. En este, no lo sé. Lo que sí sé es que la postura adoptada por el ministro del Interior clama al cielo, quitando de su puesto al mediador entre el ministerio del Interior y el de Defensa ¿Pero qué Gobierno es este? El ministerio de Defensa y el de Interior tienen que trabajar mano a mano, y uno no puede presionar al otro. En principio, la información que dieron todos los medios fue la de que el Jemad se había saltado la cola; luego varió: ahora ya no se había saltado la cola, sino que obedecía a un protocolo; pero luego ya no es un protocolo, sino una orden que había dado la subsecretaria de Defensa; y al final la conclusión es que no tenía que haber dimitido. Tengo la impresión de que Margarita Robles no se ha quedado contenta con la forma en que se ha resuelto este tema. Lo que yo no concibo es que la ministra, que parece distinta al resto, esté en un Gobierno con comunistas, separatistas y populistas que quieren arruinar España. Estos señores no son la democracia.

P.– Dice Robles que hay ruido de sables por una carta que le enviaron unos compañeros suyos al Rey.

R.– Hay algo fundamental en la vida diaria de una democracia. Y eso se llama ni más ni menos que libertad. Los generales y coroneles retirados que le han mandado una carta al Rey, ¿qué daño hacen? Además, ¿han incumplido alguna ley, alguna norma o algún reglamento? La palabra Retirado está admitida por la ley de la Carrera militar. Creo que la ministra, presionada, salió un poco fuera de tono.

Esta sociedad se tiene que abrir a escuchar a los militares, y esa es una de las cosas que yo quise hacer con mi blog. Los militares no tienen tan limitada su libertad de expresión. Un militar en activo no puede hablar de secretos de Estado, de cuestiones que atañen a la disciplina, de temas que conozca por su puesto, ni tomar partido políticamente. Pero del resto sí. Parece que a los militares solo los quieren retirados. La sociedad tiene que integrarlos y acostumbrarse a que igual que los abogados, periodistas, médicos, escritores, filósofos... también los milita- res pueden escribir defendiendo la unidad de España.

P.– ¿Está presente aún la sombra del 23-F?

R.– El estigma golpista, sí. Todavía creen que vamos a sacar los tanques a la calle. Pero los golpes hoy se dan tecnológica y mediáticamente, aquí ya no se mueve nadie si no se mueven Google, Amazon, Facebook...

P.– El mes que viene se cumplen 40 años del 23-F, ¿se sabe ya todo lo que

ocurrió?

R.– Yo no tengo documentos suficientes para poner sobre la mesa, pero tengo impresiones muy próximas, porque me han contado y he vivido muchas cosas. El 23-F no fue un golpe militar, como se dice. Los que entraron en el Congreso fueron guardias civiles, y solo después se incorporaron unos pocos militares. Pero todo eso se movió políticamente antes, y en ese puzzle de piezas, con una clara desorganización y desinformación, se les coló un elemento extraño, que entraba y salía. Traslademos aquí la frase de Ortega sobre la Segunda República: «¡No era eso, no era eso!».

P.– ¿La trama civil fue más importante que la militar?

R.– Estoy totalmente seguro. Puedo equivocarme, pero esta trama da sus primeros pasos en Cataluña...

P.– ¿Con Armada en Lérida...?

R.– Él forma parte. Y alguno más. De aquellos, todavía hay alguno que vive...

P.– ¿Civil o militar?

R.– Militar o civil, no sé, es que hay gente con un puesto tan extraño que ya no sabes lo que es. ¿Tú sabes de quién es la expresión golpe de timón, que todos repetían aquellos días? De Tarradellas. Y luego está también aquella otra frase: «Tranquilo, Jordi, tranquilo», que es la que le dice el Rey a Jordi Pujol cuando se pone nervioso. Yo estuve meses antes de que muriera con Armada, que era muy amigo de mi padre, porque estaban juntos en el primer equipo que se formó en Zarzuela, cuando Don Juan Carlos aún era príncipe.

Armada me dijo una frase crucial, que es de Napoleón: «Un error es peor que un delito». Dice mucho. Pero eso ya es historia. El problema es que ha quedado en la conciencia de la gente el rescoldo de la imagen del militar como golpista. Y no es real.

P.– Pero la sociedad valora también mucho la labor social de las FFAA, sobre todo de la UME.

R.– El problema es que quieren convertir el Ejército en una ONG con pistolas. Somos maravillosos porque ayudamos en la pandemia, o porque hemos quitado la nieve. Pero lo esencial es que hemos estado en Irak, hemos estado en Malí, estamos ahora desplegados en la frontera de Letonia, estamos en Turquía, y en todas esas operaciones los soldados se están jugando el tipo.

Zapatero hizo dos cosas fatales. Una, la Memoria Histórica, una ley malintencionada. Y la otra, la creación de la UME. En la Academia no nos enseñan a limpiar carreteras ni a ser bomberos ni sanitarios. Eso es un fracaso tremendo de la protección civil. Además, esas funciones las ha hecho el Ejército siempre. Lo que ocurre es que quieren eliminar el aspecto bélico del Ejército, pero la vida es como es, lea usted a los clásicos, la guerra está en el corazón humano, no en los tanques.

Y esto no lo digo yo, lo dice Spinoza. Cuando Herodoto habla de Píndaro dice que la costumbre es la reina de la vida. Y el último artículo de González Ruano, al que yo leía siempre en ABC, se titulaba así, La costumbre. Y decía: «Creo que me he acostumbrado a no vivir». Y luego se murió. Eso es lo que está haciendo este Gobierno, acostumbrarnos. Nos quiere acostumbrar a que el Ejército no sea un Ejército operativo, con cañones, con carros de combate, con aviación... sino un Ejército, doméstico. Y lo más grave. Quiere que nos acostumbremos a dejar de ser españoles, permitiendo la separación de España. Y algo que ningún país del mundo permitiría. Que a quienes han estado asesinando desde antes del año 75, español tras español, día tras día, a militares, guardias civiles, políticos... se les permita ser un apoyo del Gobierno. Y ya nos hemos acostumbrado a ver así a los terroristas. Y luego, la señora ministra dice que la amenaza son los militares.

P.– ¿Hay riesgo de ruptura de la unidad nacional?

R.– Yo me atrevería a decir que España está rota. Pero ya nos hemos acostumbrado. En la pandemia se ha visto. No hay un Estado, lo que hay son 17 autonomías, cada una haciendo lo que le da la gana o puede, el presidente del Gobierno desaparecido, el ministro de Sanidad que se va a Cataluña... España sigue siendo España, pero está rota. Y va a costar reconstruirla. Porque quitando a todos los del PSOE que apoyan la unidad de España, que son muchos, no entiendo qué hacen que no se unen PP, Vox y Ciudadanos. Ortega y Gasset lo define como nadie: una nación unida que va al federalismo es una catástrofe. Al federalismo acuden las naciones que desunidas buscan un lugar común. Y nosotros vamos en sentido contrario.

P.– ¿Fue un error instaurar el Estado de las Autonomías?

R.– Para mí sin duda. Pero es algo que ya debemos aceptar.

P.– Hablando de la integridad territorial ¿corren peligro las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla?

R.– Creo que no. Los marroquíes son inteligentes. Ceuta y Melilla son los pilares de un puente que África no puede olvidar, un puente necesario para cruzar a Europa. El problema es que los americanos no se fían de nosotros, y menos ahora, y se apoyan mucho en Marruecos, porque el Mediterráneo es todavía muy importante y el norte de África es un polvorín: Libia, Argelia, Mauritania... y si bajas un poco, Mali. Por eso no creo que abandonen Rota, y de esa forma se entiende lo de Gibraltar, que no nos engañemos, hablemos claro, es exclusivamente una base militar...

P.– Y un paraíso fiscal...

R.– Que es lo que esconde a la base militar. Con el Brexit, Europa ha perdido una potencia militar tremenda, la de Gran Bretaña, y se ha quedado indefensa. Porque Alemania es potente económicamente, ¿pero cuántas divisiones tiene? Es cierto que Reino Unido sigue en la OTAN, pero ante todo está con EEUU, y no se irá de Gibraltar. Y a España la tienen prisionera por los trabajadores que están allí.

P.– ¿Qué relación deberíamos tener con Marruecos?

R.– La política de Franco fue siempre ceder, y antes Primo de Rivera quiso entregar Melilla e inició el repliegue en el Sáhara, aunque luego hizo el desembarco.

La política correcta con Marruecos es la que hacía Don Juan Carlos, que era íntimo amigo de Hassan II. Y es la que deberíamos seguir ahora, la de limar asperezas, la de acercarse. Si tuviésemos políticos inteligentes, aprovecharían la oportunidad de que se va a celebrar ahora el centenario de la tragedia de Annual, y darle la vuelta, no plantearlo como un enfrentamiento, sino todo lo contrario, como un hermanamiento. España no luchó allí contra el sultán, sino a favor de él y contra los que querían independizarse de Marruecos, que era Abd el-Krim. El colonialismo español quiso siempre una África próspera y unida. Echo de menos esa política de proximidad, porque muchas veces se resuelven los problemas con un acercamiento personal. Y eso Don Juan Carlos sabía hacerlo muy bien.

P.– ¿Qué opina de los ataques al Rey Emérito?

R.– Yo le tengo mucho cariño y afecto a Don Juan Carlos, por todos los años que he estado a su lado al frente de la Guardia Real. Se está utilizando la figura de Don Juan Carlos para atacar la Monarquía. Pero no es algo nuevo.

El historiador Jesús Pavón, una de las personas que mejor conoce la figura de Napoleón, decía que éste cometió en España tres errores gravísimos: el error nacional, el error monárquico y el error religioso. En un pueblo como el español, díscolo, enemistado con él mismo, hay tres cosas que se han mantenido a lo largo de la Historia, pongamos desde el siglo XV. Y Napoleón quiso imponer un Rey, quiso ocupar España y eliminar la religión. Y esos tres errores se están repitiendo, al menos desde Zapatero. Él y Sánchez son los dos personajes más nefastos que ha tenido España desde Enrique IV. Están manejándonos para deshacer nuestra identidad.

P.– ¿Le dio Carmena la placa de la calle con el nombre de su abuelo que quitaron?

R.– Fue Gallardón el que me la prometió, pero no me la dio. Yo le escribí a Carmena dándole las gracias por quitar la placa de mi abuelo, porque en su día él se hubiese negado a que se pusiese una calle con su nombre. Él tenía el convencimiento de haber servido a España y no necesitaba ningún reconocimiento más.

P.– En breve, publicará un libro sobre su figura...

R.– No es exclusivamente sobre mi abuelo. He querido, de una manera muy documentada, pero sencilla de entender, explicar lo que ocurrió desde el año 1931, cuando echan a Alfonso XIII, hasta el año 1939. Y como es lógico, lo escribo desde el lugar de donde tengo documentos, porque yo del otro lado no los tengo.



domingo, 14 de febrero de 2021

Muere el general de la Guardia Civil Rodríguez Galindo victima del coronavirus.


Llevaba un mes internado en un centro hospitalario de Zaragoza y ha fallecido esta tarde a los 82 años de edad.





El exgeneral de la Guardia Civil Enrique Rodríguez GalindoTIEMPODIAZ DE RADA

El que fuera general de la Guardia Civil Enrique Rodríguez Galindo ha fallecido esta tarde víctima de coronavirus en un hospital de Zaragoza, según han informado a LA RAZÓN fuentes familiares. Galindo se encontraba internado desde hace un mes y en los últimos diez días se había agravado su estado, por lo que había sido trasladado desde una planta a la Unidad de Cuidados Intensivos.

Desde el cuartel de Inchaurrondo, en San Sebastián, dirigió algunas de las más importantes operaciones contra ETA, que a la postre condujeron, con el paso de los años, a la derrota operativa de la banda terrorista. Estaba en posesión de la Medalla de Oro de la Guardia Civil, máxima condecoración que se concede en el Cuerpo. Asimismo, tenía cinco Cruces rojas, entre otras distinciones. Su autobiografía, “Mi Vida contra ETA”, fue editada, con gran éxito de venta, por la editorial Planeta.

Era un mando apreciado por sus subordinados que veían en él un jefe en el que se podía confiar y al que seguían en una lucha que tuvo momentos de especial dureza, cuando parecía que nunca se podría ganar a ETA. Con la constante de la “voluntad de vencer”, se fueron dando los pasos desde el Servicio de Información de la entonces 513 Comandancia para articular un entramado del que salieron operaciones tan importantes como la de Bidart, en la que fueron detenidos los tres integrantes de la cúpula de la banda que en ese momento planificaban una serie de acciones criminales con el fin de enturbiar los importantes eventos que tuvieron lugar en España en 1992, los Juegos Olímpicos y la Expo de Sevilla.

De no haber sido por aquella operación, la imagen que España logró transmitir a todo el mundo, de eficacia, unidad y modernidad, no hubiera sido la misma y hubiera sido salpicada por los atentados de la peor organización criminal que ha conocido nuestra historia reciente.

Los tres cabecillas que fueron detenidos entonces, Francisco Múgica, “Pakito”; José Arregui, “Fiti”; y José Luis Álvarez Santacristina, “Txelis”, preparaban minuciosamente esos planes en el caserío Xilocan de Bidart. La Guardia Civil condujo a las Fuerzas de Seguridad francesas hasta el lugar y se produjeron los arrestos. A partir de entonces, ETA ya no fue la misma y comenzó su declive, hasta su derrota total operativa, protagonizada también por la Benemérita que en cada operación dejaba “un hilo del que tirar”.

Otras operaciones que dirigió Galindo:

--Desarticulación, en 1984 del “comando Donosti” y la detención de 34 terroristas, entre los que se encontraba su jefe, Jesús María Zabarte, “Carnicero de Mondragón” y “Garratz”, autor de 20 atentados y 17 asesinatos. Se trató de una operación de información pura y el seguimiento, durante tiempo, de varios indicios que llevaron hasta el piso donde se escondía la célula. Dos de los etarras murieron, pero Zabarte, que se había escondido tras un espejo, optó por entregarse en calzoncillos. Su declaración, extensa y pormenorizada, permitió conocer con todo detalle la estructura de la banda en Francia, nombre de los jefes de cada uno de los “aparatos”, sistemas de funcionamiento. El Servicio de Información de la Guardia Civil (SIGC) había dado un paso de gigante al tiempo que dejaba fuera de funcionamiento una de las células más peligrosas y sanguinarias.

--Desarticulación en 1987 del “comando Gohierri” y detención de José Antonio López Ruiz, “Kubati”. La llamada operación “Akaitz”,el nombre del hijo de la cabecilla etarra Dolores González Catarain, “Yoyes”, en cuya presencia fue asesinada por este individuo, fue un prodigio de ingenio y de trabajo. Por investigaciones realizadas en Inchaurrondo, se supo que uno de los “laguntzailes” (colaboradores) de la célula iba a recibir una llamada de “Kubati”. No había entonces teléfonos móviles y los etarras utilizaban las cabinas. Galindo ordenó controlar todas las que había en la provincia de Guipúzcoa y, en una de ellas, fue capturado cuando hacía la citada llamada. Su declaración, también extensa, sirvió para esclarecer varios crímenes y obtener valiosa información sobre ETA.

--Comando Eibar. La desarticulación de esta célula tuvo una gran importancia en sí misma. pero fue capital para otras operaciones que se desarrollaron después, entre ellas la de Bidart. Los integrantes de la célula se encontraban escondidos en el piso de un laguntzaile, Luis Casares Pardo, en Placencia de las Armas, hoy Soraluce, y, según todos los indicios, no tuvieron un comportamiento adecuado con su mujer y su hija, lo que le llevó a ponerse en contacto con las autoridades, en concreto con Galindo, para indicarle donde estaban los pistoleros . La operación de captura fue complicada porque ETA había anunciado una y tregua y la Guardia civil de Inchaurrondo estaba atada de pies y manos. Los agentes lograron, en cualquier caso, que los etarras no pudieran acudir a la cita con un camión que los iba a llevar de vuelta a Francia. El SIGC habá logrado el círculo completo. Un colaborador dentro de ETA, el “comando”, que fue desarticulado y el medio de transporte con el que pasaban la frontera. Galindo dejó que Casares “escapara” a tierra gala y allí jugó un papel importante.

-- Comando Araba. En septiembre, el camionero fue a recoger a los integrantes de esta célula, que fueron interceptados en el peaje de Fuenterrabía. Pese a que se les conminó a que se entregaran, sólo lo hizo uno, Juan Carlos Arruti, “Paterra” y los otros dos murieron en el tiroteo o víctimas de sus propias bombas. La declaración de Paterra, extensísima, permitió aclarar numerosos atentados.

Mientras, Casares seguía en Francia y Galindo, con la sola escolta de su chófer, acudía a entrevistarse con él a un pueblecito cercano al Santuario de Lourdes. Era un hombre sencillo, que no quería coger todo el dinero con el que el Estado español quería premiar su labor y que daba muchas informaciones, cuyo valor desconocía; entre ellas, la cita de un “comando” en formación, que preparaba una fuga de etarras, con el entonces jefe del “aparato político”, José Luis Álvarez Santacristina, “Txelis”. La pista para dar con los otros miembros de la cúpula estaba en manos de la Guardia Civil y fue cuestión de tiempo que se diera con ella.

Condenado por el “Caso Lasa y Zabala”

En 2000 fue condenado por, según decía la sentencia, haber ordenado el secuestro y asesinato de los etarras Lasa y Zabala. Él siempre defendió su inocencia y, cómo preguntó en el juicio: “¿Quién nos ha visto torturar, quién nos ha visto matar?”.


sábado, 6 de febrero de 2021

EL EX-JEMAD RENUEVA SU COMPROMISO CON LA BANDERA.

Hoy, el Ejército del Aire ha tenido el honor de despedir al JEMAD D. Miguel Ángel Villarroya Vilalta que, tras 45 años de servicio, ha renovado su compromiso con la bandera de España. Gracias por su legado. Siempre a la orden, mi general. Somos El Aire.

Ministerio de Defensa.




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