Les aplaudimos cuando desfilan, nos emocionamos al verlos en las misiones en el extranjero, nos gusta verlos en los arriesgados ejercicios de preparación para sus misiones, pero son los grandes olvidados.
Sí, estoy hablando de nuestros soldados, esos que en silencio y calladamente realizan las labores más ingratas por un pobre sueldo. Quiero romper una lanza por nuestros soldados, específicamente por aquellos que cumplen los 45 años de edad y los ponemos en la calle con una compensación de poco más de 600 euros al mes.
Este año pasarán a esta situación más de 2000 soldados, que el próximo año no desfilarán el 12 de octubre, ya nadie les aplaudirá y nadie les reconocerá sus más de 20 años de servicio. Muchos de ellos mendigarán un puesto de trabajo para el que las Fuerzas Armadas no los han preparado y formarán parte del grupo que ha dado lo mejor de su vida, en algunos casos con lesiones físicas, por la dura exigencia de la vida militar. Algunos dirán que ya conocían el futuro que les esperaba.
Lo cierto es que ningún gobierno español ha querido revertir esta situación en la que se encuentran, en muchos casos con familia a cargo y después de haber cambiado de residencia en varias ocasiones.
Otras naciones como Alemania, y es solo un ejemplo, tienen un organismo específico para preparar la reinserción de los soldados que por distintos motivos no siguen en las fuerzas armadas.
En el ministerio de Defensa español se les llena la boca con la labor de asesoramiento y preparación de la tropa que cumple los 45 años. Pero la realidad es muy distinta porque las titulaciones que proporcionan las Fuerzas Armadas no están reconocidas por el sistema educativo vigente.
El ejército Alemán concede el último año de servicio de su tropa para darles a sus soldados una titulación y una preparación en el ámbito que ellos decidan. En el Reino Unido, los soldados licenciados tienen preferencia en los organismos del estado en un puesto de trabajo acorde con su preparación y conocimientos. Estos países solamente son dos ejemplos de naciones que se preocupan por sus soldados.
En España, tanto los partidos políticos de derechas como los de izquierdas han pasado de puntillas sobre este grave problema. En 2001 se crea el ejército profesional, en 2006 el gobierno de Rodríguez Zapatero dicta una ley que regula este sistema de ejército profesional y en 2017 el gobierno de Mariano Rajoy modifica la ley.
Podría dar la impresión que nuestros gobiernos se preocupan por las Fuerzas Armadas, pero lamentablemente no es así. Las sucesivas modificaciones no han entrado en el problema principal. ¿Qué hacemos con nuestros soldados que cumplen 45 años, que han dado lo mejor de su vida, ellos y sus familias, a los cuales no se les ha dado ninguna esperanza de una nueva vida fuera de las Fuerzas Armadas?
Todos los gobiernos han ido dando patadas al balón, ya que no iba a ser su problema, pero el momento ha llegado y cada año que pasa este problema irá in crescendo. Y es que el número soldados que cumplen 45 años aumenta cada año; y recordemos que se impuso el ejército profesional en 2001, hace nada menos que 20 años.
Nuestros políticos han estado demasiado ocupados con otros problemas que ellos han creado y a los que tampoco saben dar solución. Tenemos el peor gobierno para solucionar el problema de nuestros soldados y no se ve ninguna iniciativa capaz de resolver la situación de los hombres y mujeres que cumplen 45 años.
Los ponemos en la puerta del cuartel solamente con esos ridículos emolumentos que se dan a los reservistas de especial disponibilidad. Qué nombre más bonito, ¿verdad? Lo sería si estuviera respaldado con verdaderas medidas de integración en su nueva vida o en prolongar su permanencia en los ejércitos mediante una formación que les permitiera reciclarse.
El pasado día 16 de octubre nada menos que tres asociaciones –Asociación de Tropa y Marinería Española (ATME), Asociación Unificada de Militares Españoles (AUME) y Asociación Profesional de Suboficiales de las Fuerzas Armadas (ASFASPRO) se manifestaron en defensa de los derechos de nuestros soldados.
Hace pocas fechas las asociaciones militares con presencia en el consejo de personal del MINISDEF, abandonaban la reunión, a la que acababan de asistir, debido a tres negativas ministeriales “no informar sobre el plan de mejora de retribuciones, la falta de incrementos salariales reales para el 2022 y que la ministra no quiere recibir a las asociaciones”.
Lo más preocupante es que si existe dinero para subvenciones a sindicatos y las más variopintas ONG,s de corte feminista y de izquierdas. Es más importante subvencionar “chiringuitos” y estómagos agradecidos que dar un sueldo digno a los componentes de las fuerzas armadas
Señores del gobierno pongan solución a este problema, real como la vida misma, y no un ‘problema’ de esos que ustedes mueven como globos sonda en los medios de comunicación para ocultar lo que de verdad importa. Dedíquense a gestionar y a encontrar soluciones, y dejen ya de crear más problemas absurdos. Los olvidados que combatieron por España se lo agradecerán.