jueves, 25 de agosto de 2022

1300 años del aniversario de la batalla de Covadonga el 24 de agosto de 722, mandando las huestes cristianas Don Pelayo.



1.300 ANIVERSARIO DE LA BATALLA DE COVADONGA.


Desde Iniciativa 2028 defendemos nuestra envidiable y envidiada historia, en este caso por el 1.300 Aniversario de la Batalla de Covadonga. Nos oponemos a los populistas que pretendan tapar, manipular o robar nuestra historia. Por ello reconocemos el premio y el discurso de la Presidenta Ayuso.

PREMIADA EN LA CONVOCATORIA 1.300 ANIVERSARIO DE LA BATALLA DE COVADONGA

Asturias concede la Medalla del Real Cuerpo de la Nobleza del Principado de Asturias a la Presidenta de la Comunidad de Madrid, por la labor realizada en la lucha contra la pandemia.

Se celebra un acto en la Real casa de correos y le hace entrega de la medalla una delegación asturiana encabezada por Francisco de Borbón , duque de Sevilla.

DISCURSO DE LA PRESIDENTA ISABEL DÍAZ AYUSO

<<En un chiste de Mingote en ABC, un nieto le preguntaba a su abuelo: «Abuelo, ¿te preocupa que yo no sepa quién fue don Pelayo?», y el abuelo le contestaba con cariño: «No, hijo, lo que me preocupa es que no sepas quién eres tú».

Esta es la razón última de estudiar Historia, no solo en el colegio, sino durante toda la vida: saber quién es uno, de dónde se viene y adónde se puede ir. Y no es casualidad que los totalitarios procedan desde el primer momento a silenciar y manipular la Historia.

Que el Cuerpo de la Nobleza del Principado de Asturias tenga a bien conmemorar el 1.300 aniversario de la Batalla de Covadonga, y que se acuerde de mí para hacerlo, entregándome además esta medalla, es un honor y una responsabilidad.

Esta responsabilidad la ejercerá mi Gobierno aplicando todas las mejoras necesarias, dentro de sus competencias, para contrarrestar en lo posible el daño causado por la postergación de la Historia de España, y los mismos conceptos de España y la Hispanidad, en los planes de estudio del Gobierno de Sánchez. Para que los jóvenes que estudien en la Comunidad de Madrid sí puedan saber quiénes son.

Conmemoramos en este acto la Batalla de Covadonga, que Claudio Sánchez Albornoz situó, por primera vez, en el 722, hace ahora 1.300 años. La batalla que, según nuestra Historia, mezclada en este caso con la tradición, frenó la invasión musulmana del 711 y dio comienzo a la Reconquista.

La “Reconquista” no debería ser un término cualquiera para un español, pero tampoco para ningún europeo.

Un historiador tan moderno como egregio, catedrático de instituto y académico, Antonio Domínguez Ortiz, decía que la romanización y la reconquista constituyeron, respectivamente, la base de nuestra unidad nacional y el generador de la individualidad hispánica. Nada menos.
La Reconquista no se parece a nada que haya ocurrido en ninguna otra nación del mundo. Durante casi ocho siglos, España luchó por seguir siendo Europea, Occidental y libre. ¿Qué otra nación del mundo ha sido sometida en un proceso semejante de conquista e islamización y se puede llamar hoy “Occidente”? Esta unicidad de España tuvo unas consecuencias que alimentaron las raíces más profundas del ser hispánico, que nos permitió dar al mundo algunos de los mejores frutos de la Historia.

Desde muy pronto, tras la hazaña de don Pelayo y los suyos, caló el sentimiento de la llamada «España perdida». No me canso de repetir el término «España» pese a los que niegan que España ya existiera entonces. No es cierto lo que dicen.

Un siglo antes de la Batalla de Covadonga, uno de los mayores sabios de la Historia de la Humanidad, cuya estatua nos recibe aquí cerca, en las escaleras de entrada a la Biblioteca Nacional, San Isidoro de Sevilla, ya escribía:  «De todas las tierras que se extienden desde el mar de Occidente hasta la India tu eres la más hermosa. ¡Sacra y venturosa España, madre de príncipes y de pueblos!». El germen de esta España libre es lo que hoy conmemoramos aquí.

Como vemos, son muchas las lecciones de este momento crucial de nuestra Historia, que algunos quisieran, por desgracia, borrar.
Como explicó  Julián Marías, estos siglos de lucha también nos enseñaron a convivir con «el otro», a tratarlo como el enemigo invasor, sí, pero como persona. Cuando para el resto de europeos los musulmanes eran poco menos que unos seres monstruosos, para nosotros eran los que vivían junto a nosotros en nuestra “España perdida”: con los que hacíamos la guerra, la paz, o el amor…

Este empeño histórico y esta vivencia humana que se dieron simultáneamente, nos permitieron nuestros mayores logros en la Historia, casi incomprensibles para muchos:

– El Camino De Santiago, que es la gran vía europea de fe y cultura, aún viva.
– La Escuela de Traductores de Toledo, que recuperó la herencia de los clásicos greco-latinos, preparando así el terreno para nuestro Siglo de Oro y el del resto de Europa.
– Las primeras Cortes de la Historia, en León, en 1188.
– El diseño de la Diplomacia Moderna, junto con el Papado, en tiempos de los Reyes Católicos
– La elaboración de la primera doctrina moderna del llamado después Derecho Internacional y de la primera escuela de liberalismo, la Escuela de Salamanca.
– Los primeros Códigos de Derechos Humanos de la Historia: las Leyes de Burgos, y las posteriores Leyes de Indias.

Y nace el gran logro: la Hispanidad, que culminaría en la institución de los Virreinatos y del maravilloso Barroco Hispanoamericano.

Como ven, nada de esto podría haber ocurrido sin la hazaña de don Pelayo y la empresa a la que dio comienzo.

Ahora se entiende mejor el que esa “España perdida”, una España cristiana, europea, libre, fuera el referente de muchas generaciones consecutivas, y el germen de este espíritu español, que luego la Monarquía Hispánica haría universal.¿Cómo vamos a olvidarnos de todo esto? ¿Y por qué? ¿Quién gana y qué gana? Solo el resentimiento o la ignorancia más suicida pueden llevar a España, a Hispanoamérica, o a Europa entera, a olvidar o desconocer todo esto que hoy celebramos; precisamente en momentos tan terribles y decisivos.

Nuestra Historia común y única nos hace, nos enseña y nos llama, desde el pasado, a construir el futuro.

Mi responsabilidad hoy al recibir esta medalla era recordarla y, como responsable política, es mi deber garantizar que los niños y jóvenes de la Comunidad de Madrid reciban su herencia; y que esto sirva para inspirar al resto de España. Para que, luchando contra el olvido, el rencor y la desidia, recuperemos juntos la España perdida o en peligro de perderse.>>

 


Medalla del Real Cuerpo de la Nobleza del Principado de Asturias a la Presidenta de la Comunidad de Madrid.

martes, 16 de agosto de 2022

Los diez días de la capitán García en Afganistán.


Sin apenas dormir, la uniformada participó en la misión de rescate a los ex colaboradores.


Capitán Amanda García Oliva


Hace ahora un año de aquella impactante imagen de decenas de personas corriendo detrás de un avión militar estadounidense para tratar de escapar de la barbarie del régimen talibán en Kabul. Algunos incluso se subieron al tren de aterrizaje en su intento desesperado por salir del país. Tan solo unas horas después, España ponía en marcha una ambiciosa operación de rescate para «no dejar a nadie atrás», tal y como anunció el presidente, Pedro Sánchez, y volvió a repetir el ministro de Exteriores, José Manuel Albares, hace tan solo unos días tras la llegada de un nuevo avión con cerca de 300 colaboradores que todavía permanecían en el país. «Me llamaron por teléfono y me dijeron que necesitaban formar equipos mixtos por el tema religioso. Me preguntaron si tenía disposición para ir a Zaragoza ese mismo día con destino Dubái para evacuar a todo el personal posible». La que habla es la capitán Amanda García Oliva, destinada hace un año en el Ala 48 del Ejército del Aire. Atiende a LA RAZÓN por teléfono mientras prepara de nuevo su mochila para otra misión, en esta ocasión, Irak.

Entre el 17 y el 27 de agosto del verano pasado voló hasta diez veces, en vuelos que cubrían la ruta entre Madrid y Dubái, o entre Dubái y Kabul. Afirma que no había tiempo para el descanso, pero que el cuerpo apenas lo notaba. «Lo recuerdo con cierta melancolía porque es cierto que fue una misión difícil y complicada tanto físicamente, porque era una misión en la que estuvimos mucho tiempo despiertos y realizando muchos vuelos, como también psicológicamente. Lo volvería a hacer, sin ninguna duda».

La misión española logró sacar en un tiempo récord a más de 2.200 personas, muchas de ellas menores y mujeres. «Recuerdo cierta diferencia entre las miradas y los rostros de las primeras personas que sacamos de allí y los últimos». Los primeros –rememora– llegaban sin apenas equipaje, tan solo con lo puesto y eran, principalmente, los núcleos familiares cercanos. «Conforme iban pasando los vuelos, claro, las personas estaban más deterioradas porque estaban más cansadas, pero sí que es cierto que la gente se animaba a hablar más, las familias eras más grandes y llegaban con más equipaje».

Ya en el interior de los aviones, la capitán enfermero del cuerpo militar de Sanidad atendía a los ex colaboradores y sus familiares. «El personal que estaba en el aeropuerto ya nos los traía bastante filiados», explica. «Nos encontramos con muchas quemaduras, sobre todo en niños o bebés por su prolongada exposición al sol; deshidrataciones, ataques de ansiedad, gente que venía con alguna lesión previa...», enumera.

De aquellos días de tensión en el aeropuerto de Kabul –los talibanes dieron un ultimátum a los países occidentales y permitieron solo la entrada y salida de los aviones hasta finales del mes de agosto–, surgieron decenas de imágenes de la desesperación de la población que esperaba en las inmediaciones del aeropuerto internacional para poder salir. «Yo no estuve en la valla, solo en la pista. Allí la situación era de calma y orden porque nuestro personal y el los otros ejércitos iban filiando a su gente y ya solo entraban las familias que tenían plaza en el avión».

Un año después de aquella experiencia, la capitán Amanda García sigue recordando algunos de los rostros de las personas que rescataron durante aquellos frenéticos días. «Muchos no sabían, ni siquiera, a qué país volaban. Y los niños, me sorprendió la entereza con la que actuaron», recuerda. «Había una pareja –una mujer y un hombre– que viajaban con dos menores. El personal nos dijo que la mujer no estaba muy bien de la cabeza. Recuerdo que el bebé tenía la cara quemada. Ya en el interior del avión, la mujer dejó caer al bebé y se echó a dormir. Tras examinarlo y curarle las quemaduras, me llamó la atención la generosidad del resto de mujeres que viajaban en el avión porque compartieron lo poco que tenían con ellos y se hicieron cargo del bebé. Durante estos meses me he preguntado qué habrá sido del pequeño», dice. No en vano, la mayoría de los evacuados durante la misión española fueron familias cuya edad media se situaba en los 22 años y casi un 30% eran niños y niñas de 10 años o menos.

Esta madrileña de 41 años, acumula misiones en Afganistán, Líbano, Sigonella y Yibuti, entre otros destinos. De todas esas experiencias extrae algo para aplicar en la siguiente. «Todas las misiones te enseñan algo. Esa predisposición, por ejemplo, a salir de la noche a la mañana es, en parte, una consecuencia de mi labor en otras unidades, como en la UME donde recibes una llamada y en horas estás a kilómetros de tu casa, en un incendio». Su labor al frente de las Fuerzas Armadas es todo un orgullo para su familia, según explica, en una conversación con LA RAZÓN. Incapaz de permanecer en una oficina, reconoce que en su casa ya están acostumbrados a la peligrosidad de sus destinos. «Tengo una perrita que me espera en casa. Mis padres ya están habituados y mis hermanos cuentan mis historias, con orgullo», admite.

«Estamos para cuándo y dónde nos necesiten», destaca la capitán García Oliva, que el año pasado fue premiada por el ministerio de Defensa con el reconocimiento «Soldado Idoia Rodríguez», uno de los mayores baluartes a las mujeres en las Fuerzas Armadas.

sábado, 6 de agosto de 2022

UNAMU celebra la festividad de San Ignacio de Loyola.


La Unión de Milicias Universitarias de Málaga, con veteranos que realizaron esta desaparecida modalidad de servicio militar, homenajearon a su patrón


El pasado 29 de julio la Unión de Milicias Universitarias de Málaga (UNAMU) celebró la festividad de su patrono, San Ignacio de Loyola. Por este motivo tuvo lugar una misa y posteriormente una cena en la Casa Diocesana, junto al Seminario de Málaga, con la asistencia de socios, familiares y autoridades civiles y militares.

En el transcurso de esta celebración se otorgaron diplomas con motivo del 50 aniversario de la jura de bandera de los oficiales y suboficiales de esta antigua y recordada milicia. Además, se impusieron las becas universitarias a los socios de nuevo ingreso.

viernes, 5 de agosto de 2022

Juan Antonio Vicente: «D. Manuel Gámez fue un referente musical en Málaga y, para mí, fue como mi segundo padre».





Juan Antonio Vicente Téllez es el presidente de la Coral Santa María de la Victoria y explica, ante los micrófonos de COPE Málaga cómo nació esta institución musical y cómo es su vida en la actualidad. Aquí pueden escuchar el podcast.

slide de imagenes

Eduardo Nieto: «Nunca olvidaré la emoción que viví la primera vez que salí en la procesión de la Patrona, en 1981».

VICTORIA, GLORIA A TI El fotógrafo Eduardo Nieto Cruz se acerca a los micrófonos de la Delegación de Medios de Comunicación de la Diócesis d...