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Sábado cargado de emotividad el que se vivió ayer en Estepona con la celebración de la primera jura de bandera civil en la historia de la localidad. Un acto que requería de inscripción previa y que más de trescientos vecinos y vecinas, así como ciudadanos de otros puntos geográficos cercanos, no quisieron perderse.
El evento, organizado por la Base Aérea de Málaga del Ejército del Aire en colaboración con el Ayuntamiento, tuvo lugar en el estadio municipal Francisco Muñoz Pérez. Como si de un encuentro de fútbol se tratara, las gradas de la instalación lucieron rebosantes de personas que quisieron acompañar a sus familiares a jurar bandera o simplemente mostrar sus respetos a uno de los símbolos de la nación.
El acto comenzó a las doce del mediodía, con la aparición sobre el césped de la gran protagonista de la jornada, la bandera, que desfiló ante militares y civiles acompañada de los acordes del himno nacional, interpretado por la Unidad de Música de la Agrupación del Acuartelamiento Aéreo de Tablada, Sevilla, que desplazó hasta Estepona a un destacamento de honores que permaneció interpretando distintas marchas militares durante un acto en el que, uno a uno, los jurandos fueron desfilando ante la bandera española, inclinándose en señal de respeto y como un compromiso de fidelidad ante los valores que representa.
Tras el juramento de lealtad por parte de la ciudadanía tomó la palabra el alcalde de Estepona, José María García Urbano, que ofreció un discurso cargado de emoción, en el que recordó la jura de bandera que realizó junto a su padre siendo joven, y cargado de patriotismo, comenzando y finalizando con un solemne grito de ¡viva España!
El primer edil declaró que se trata de uno de los momentos más destacados de la historia de la ciudad en este primer cuarto de siglo y recordó las veces en las que tuvo la oportunidad de rendir homenaje a la bandera, una de ellas junto a su padre.
A continuación tomó la palabra el jefe y general del Mando Aéreo del Ejército del Aire, que señaló que se trataba de un día especial, «una de esas jornadas que emocionan, que tocan el alma, en un acto en el que el núcleo es la bandera, espejo donde se ven reflejadas tantas pasiones y vivencias, y que nos une a todos».
Tras los discursos solemnes llegó el último de los actos de la jornada, un homenaje a los soldados caídos en diferentes conflictos a lo largo del tiempo, que incluyó una ofrenda floral y un desfile por parte de las tropas desplazadas hasta Estepona, con el himno del Ejército del Aire sonando de fondo.
A la salida, muchos esteponeros mostraban su orgullo por haber podido participar de una jornada tan especial. Como Milagros, que confesaba que le encanta «todo lo militar y todo lo que tiene que ver con este tipo de actos. Quedará para la historia de Estepona». Otro de los vecinos presentes fue Juan, que agradeció la oportunidad por un vivir «un día de orgullo y emoción por vivir algo tan especial para el pueblo».
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