Ya no sois nada para ellas, malditos
cobardes, acecháis su daño, sufrimiento
a la familia y amigos, os daría escarmiento
y largos barrotes, sois maldad, proscritos.
La sociedad no os puede amparar,
sois lacra, desecho en la crueldad,
ni perdón merecéis, solo olvidar
vuestro gesto, la espalda de la humanidad.
Dejadlas en paz, seguid vuestro camino,
dedicaros a sanar, no hay razón, adivino,
para tanta banalidad, no volváis, perderos
en otra senda, aquí dan ganas de borraros.
Afrucha, 2017.-
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