Desde este hermoso valle, me siento
titiritero de la vida, no me asiento
en ningún sitio, vago, sobrevivo
a mí mismo, mi ser en un tiovivo.
La luz de la tarde despierta pasiones
en mí alma, ilumina las ilusiones
añoradas, cuando llega el ocaso
otro gallo canta, tal vez a fracaso.
Trotamundos que viene y va, soñador
despierto de poeta en piel mutada,
vividor intenso de historia anhelada,
solitario perfecto, nadie en derredor.
Afrucha, 2017.-
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