sábado, 3 de septiembre de 2022

Fallece Peregrina Millán-Astray, hija del fundador de la Legión. Conmoción en el mundo legionario.




Informamos con dolor del fallecimiento en Oviedo Peregrina Millán-Astray y Gasset, hija del fundador de la Legión el general José Millán-Astray y Terreros.

Nos informa Guillermo Rocafort que su perdida está causando conmoción su pérdida en todos los colectivos legionarios, que mañana le honrarán como se merece con varias coronas de flores.

No tiene velatorio por expreso deseo suyo. Mañana el funeral será a las 9 de la mañana en la iglesia de la Nuestra Señora de la Asunción de Galapagar (Madrid) y posteriormente la entierran en el cementerio de dicha localidad. Roguemos por su eterno descanso.

Les dejamos, a modo de homenaje, con la entrañable entrevista que le hicimos en ECDE sobre la figura de su padre.

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Peregrina Millán-Astray y Gasset nos habla en esta entrevista de cómo era realmente su padre, el general José Millán-Astray y Terreros, fundador de la Legión y de Radio Nacional de España. Fue procurador en Cortes y amigo personal de Franco, que le puso al frente del Benemérito Cuerpo de Mutilados de Guerra por la Patria. Sin duda un auténtico héroe de nuestra patria, uno de esos hombres cuyo recuerdo es inmortal. Su hija nos habla de él desde el corazón.

Más allá del héroe militar, cuya figura es muy conocida, ¿Cómo era como padre y como persona?

Como mi padre me tuvo siendo muy mayor, con 63 años, fui su ojo derecho, su juguete, su ilusión de toda la vida. Me llevaba a todas partes. Fue un padre encantador. Me llevaba al circo Price, a ver a Celia Gámez, luego me regalaba una caja de bombones enorme, que aún conservo. También Celia venía alguna vez por casa a las tertulias con mi padre y mi madre. También me llevaba a museos, como el Museo del Prado, donde nos enseñaba Las meninas de Velázquez y otros cuadros. Igualmente íbamos al monasterio de San Lorenzo del Escorial.

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¿Qué pequeños detalles recuerda que hablen de su humanidad?

Precisamente me acuerdo que en el Escorial estábamos frente a uno de los retretes de Felipe II, que estaba en una urna de cristal. Era como un sillón de cuero que tenía una puertecita. Mandó abrir el cristal y me hizo sentarme. Yo no lo entendía y me decía, ya verás como de mayor cuentas que te has sentado en el retrete de Felipe II. Y efectivamente ya lo he contado varias veces.

Era una niña mimada porque le hizo mucha ilusión tenerme con tantos años. Cuando le preguntaban si era su nieta, decía con orgullo que yo era su hija. Me iba a buscar al colegio e íbamos al Retiro a dar un paseo hasta la rosaleda para que él andase un poco. Otras veces íbamos a un café, el Lhardy, donde tenía una reunión con varios amigos al mediodía en una trastiendita. Yo mientras me quedaba comiendo croquetas como loca y era mi mayor pecado porque comía 4 o 5 croquetas y luego confesaba 2. Fue un padre cariñosísimo y divertido, me ha llevado a los toros, al circo, a los museos y era muy devoto de la Virgen de la Paloma. Y cuando vino la Virgen de Fátima en procesión me llevó a verla y yo estaba horrorizada porque la Virgen llevaba tres palomas blancas y siempre he tenido fobia a las aves. En los toros tenía unas butacas encima del toril que eran de granito. Íbamos a la puerta donde entraban los toreros e íbamos a la capilla en la que rezaban antes de torear. Él solía hablar con los toreros.

¿Cómo era en la intimidad de la vida familiar?

Conmigo era muy cariñoso y me prometió que jamás me daría un azote y lo cumplió porque nunca me pegó. A veces estaba muy ocupado atendiendo a gente o en tertulias y cuando yo me asomaba decía en broma a los contertulios que había moros en la costa. Un día me di cuenta y le dije: -¿osea que el moro soy yo? y se rieron todos los que estaban en la sala. Al tener esa pérdida del ojo por el balazo también perdió el oído y sufría de vértigo, por lo que tenía que estar mucho tiempo tumbado para no marearse. Mi padre estaba el pobre muy cascado de salud. Le gustaba ir a los sitios, pero debido a este vértigo aguantaba poco. Recuerdo que cuando fuimos a ver Las minas del rey Salomón, se tuvo que ir antes de acabar porque se cansaba por el problema mencionado. También fuimos al Metropolitano a ver al Atlético de Madrid. Él era muy del Atlético y en casa lo somos todos. Hasta mis nietos son del Atlético.

Él a veces daba gritos si alguien le incomodaba, pero nunca nos gritaba a la gente que estábamos en casa. Él siempre que iba a visitar alguien tenía la costumbre de llevar algo (costumbre que hemos heredado) llevaba una ristra de morcillas o una botella de vino etc... Era muy amigo de los dueños de La Violeta, una famosa bombonería de Madrid, que tenía un teléfono muy fácil 222 82 52 que aún recuerdo. Yo me dedicaba a llamar y a pedir bombones. A veces los pedía en nombre de mi padre, hasta que me pillaron la travesura.

¿Qué aficiones tenía?

Le gustaba mucho leer y cuando se cansaba (por el vértigo) le leía mi madre. Le gustaba mucho leer El Quijote, que era su libro de cabecera y lo tenía muy manoseado de tanto leerlo. Tenía más libros lógicamente, pero yo solo me acuerdo de El Quijote. Tenía muchas aficiones relacionadas con la cultura, como cine, teatro, museos...pero debido a sus problemas de salud aguantaba muy poco en estos lugares y espectáculos.

¿Hablaba mucho de política en casa?

Hablaba mucho de política con mi madre y con su sobrino Javier y con amigos, pero como yo era una niña no podía estar presente y no recuerdo bien de que hablaba exactamente.

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¿Era un hombre muy religioso?

Sí, era muy devoto, como ya dije me llevaba mucho a la Virgen de la Paloma. Me hizo hacer la primera comunión en la Basílica del Pilar de Zaragoza, en la capilla de la Virgen. Y yo luego quise que me hija Rita también la hiciese en el Pilar. Iba Misa todos los domingos a la Dirección General de Mutilados. Arriba se organizaba un pequeño altar de campaña donde el Páter decía la Misa. Estando ya muy enfermo también fue a Misa y la oyó sentado. Fue su última Misa. El se confesaba a menudo con el Páter. Le gustaba mucho la oración a la Virgen de Bendita sea tu pureza. Una oración que también gustaba mucho a mi marido. Y siempre que pasábamos cerca de Velázquez, donde estaba la Dirección General de Mutilados, lugar en el que falleció mi padre, rezábamos esta oración. Y hasta hoy en día yo la sigo rezando todas las noches.

Háblenos de su afición por la poesía y su faceta de escritor.

También le gustaba mucho hacerme recitar versos siempre que había alguna visita. A mí me daba mucha vergüenza. Eran versos de Ruben Darío, de Espronceda o de otros poetas. Yo de mi padre tengo un recuerdo infantil maravilloso.

Escribió varios libros, como el libro de la Legión, que es muy bonito y sencillo de leer en el año 21 o 22. Es un libro que doné al Ministerio del Ejército.

Al perder un ojo perdió media visión, pero también perdió medio olfato, medio gusto, medio oído. Realmente estaba muy mermado físicamente. Además padecía una úlcera de estómago de tipo nervioso que le obligaba a hacer un régimen especial y estaba muy delgado.

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¿Qué anécdotas interesantes recuerda con el general Franco y otros personajes
históricos?

Me llevó a ver a Franco una vez al palacete que tenía en Torrelodones. Me explicó por el camino quién era Franco. Me acuerdo que le hice la reverencia que me enseñaron las ursulinas y luego mientras mi padre hablaba con él, me llevaron a una habitación que estaba al lado. Me acuerdo que me sirvieron mi primera Coca-Cola y unas galletas María. Luego me llamó mi padre y despedí de Franco que me tocó cariñosamente la cabeza. Mi padre tenía muy buena amistad con el Caudillo. Había sido siempre su jefe y tenía 13 años más que él. Luego Franco fue a verle cuando mi padre ya estaba muy enfermo.

Le trataban muchos periodistas y escritores famosos. Recuerdo que una vez fuimos a ver a José María Pemán y también trataba con Cristóbal de Castro...Era muy amigo de Jacinto Benavente, Premio Nobel de literatura. Y mi padre me llevaba al torreón de D. Jacinto, en Galapagar, que se lo buscó y se lo hizo comprar mi abuelo Rafael Gasset, que también era muy amigo suyo.

La Legión y el patriotismo eran su verdadera razón de ser. ¿Qué es lo que piensa usted cuando se ataca su figura?

Que son unos incultos la mayoría de ellos. Es imposible que un personaje tan importante como mi padre, que estuvo tantos años en la vida pública y fundó la Legión no tuviese enemigos y gente a la que no le cayera bien. Yo en mi vida solo me he encontrado dos personas que han sido desagradables conmigo al saber de quién era hija. Le acusaban de tener mucho dinero, cuando mi padre era tan desprendido y honrado que al morir el 1 de enero de 1954 solo tenía una casita muy pequeña en el Escorial y 2800 pesetas en la cuenta corriente. A él personalmente le regalaron el edificio de Velázquez, una casa palacio y él quiso que fuera para la Dirección General de Mutilados para que tuviese una sede decente. Y en uno de sus pabellones vivió mi padre desde el año 1941 hasta que murió en 1954.

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Quieren quitar su nombre de las calles, pero hay una valiente asociación, la Plataforma Millán-Astray, que lucha para que no se cometan estos atropellos.

Valoro mucho la labor de la Plataforma Millán-Astray, de la que soy su madrina. Los legionarios que están en activo no pueden hacer nada, pero los de la plataforma, legionarios retirados en su mayoría, se dedican a defender la memoria de mi padre. El movimiento lo dirigen actualmente Emilio Domínguez y Guillermo Rocafort. Me emociono recordando al anterior Presidente, el teniente coronel Jose Antonio Pérez Recena, tristemente fallecido. Estoy totalmente agradecida a la labor de esta asociación por todo lo que hacen por la figura de mi padre. La última vez les acompañé yo a ver al alcalde Martínez-Almeida porque anteriormente Carmena no quiso recibirlos.

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Este año se acaba de celebrar el Centenario de la Legión y su padre, lógicamente, ha sido muy recordado, pese a todo algunos quieren difamar su nombre. ¿Se ha llegado a emocionar?

Ha sido muy emotivo y muy emocionante, aunque por el Covid no se ha podido celebrar como debiera. La Ministra de Defensa, Margarita Robles, tuvo una reunión con los generales que habían mandado en la Legión y tuvo el detalle de invitarme a ir. Yo no pude ir por mi edad y por el Covid. Me llamó por teléfono muy cariñosamente y me regaló un ramo de flores, hechos que me emocionaron y le agradecí muchísimo. Ella tiene mucho respeto por la Legión. Por cierto, le regalé el libro de la Legión de mi padre.

¿Es consciente de que su padre es un grande de la historia de España, un héroe, un hombre para la eternidad?

Si soy plenamente consciente y todos ustedes me hacen caer en la cuenta, sobretodo la Legión y sus miembros, que ya ha cumplido 100 años y espero que cumpla otra 100 años más y lo que haga falta. Agradezco a El Correo de España esta entrevista.

¿Podría contarnos una última anécdota?

Una vez mi padre estaba paseando por El Retiro con una persona muy importante Marabbi Rebbu, llamado el Sultán Azul, que iba vestido con un turbante. El Sultán muy amable me preguntó que quería de regalo y yo le dije que quería camellos. Y efectivamente a los 15 días nos mandó tres parejas de dromedarios (tres machos y tres hembras) que mi padre donó a la Casa de las Fieras de Madrid. Luego fui mucho a ver a mis dromedarios. No se me ocurrió pedirle un brillante al moro, le pedí un camello y me mandó 6. Por cierto mi padre me regaló una burra con su carrito. Y el único burro que había en la zona de Galapagar y Colmenarejo era el que tenían los guardeses de D. Jacinto Benavente y llevamos a nuestra burra a que la cubriese su burro.

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viernes, 2 de septiembre de 2022

Rengel y Vera: «Ofrecemos a la Patrona preciosas petaladas llenas de historias».



«Las flores que adornaron la iglesia en la Misa funeral del periodista Antonio Guadamuro nos las cedieron para las petaladas de ese año a la Patrona» recuerdan, entre otras muchas anécdotas, Lola Rengel y Mª Carmen Vera, miembros de la Asociación Cultural Cofrades Malagueños, que se acercan a los micrófonos de COPE MÁLAGA. Aquí pueden escuchar el podcast.




jueves, 25 de agosto de 2022

1300 años del aniversario de la batalla de Covadonga el 24 de agosto de 722, mandando las huestes cristianas Don Pelayo.



1.300 ANIVERSARIO DE LA BATALLA DE COVADONGA.


Desde Iniciativa 2028 defendemos nuestra envidiable y envidiada historia, en este caso por el 1.300 Aniversario de la Batalla de Covadonga. Nos oponemos a los populistas que pretendan tapar, manipular o robar nuestra historia. Por ello reconocemos el premio y el discurso de la Presidenta Ayuso.

PREMIADA EN LA CONVOCATORIA 1.300 ANIVERSARIO DE LA BATALLA DE COVADONGA

Asturias concede la Medalla del Real Cuerpo de la Nobleza del Principado de Asturias a la Presidenta de la Comunidad de Madrid, por la labor realizada en la lucha contra la pandemia.

Se celebra un acto en la Real casa de correos y le hace entrega de la medalla una delegación asturiana encabezada por Francisco de Borbón , duque de Sevilla.

DISCURSO DE LA PRESIDENTA ISABEL DÍAZ AYUSO

<<En un chiste de Mingote en ABC, un nieto le preguntaba a su abuelo: «Abuelo, ¿te preocupa que yo no sepa quién fue don Pelayo?», y el abuelo le contestaba con cariño: «No, hijo, lo que me preocupa es que no sepas quién eres tú».

Esta es la razón última de estudiar Historia, no solo en el colegio, sino durante toda la vida: saber quién es uno, de dónde se viene y adónde se puede ir. Y no es casualidad que los totalitarios procedan desde el primer momento a silenciar y manipular la Historia.

Que el Cuerpo de la Nobleza del Principado de Asturias tenga a bien conmemorar el 1.300 aniversario de la Batalla de Covadonga, y que se acuerde de mí para hacerlo, entregándome además esta medalla, es un honor y una responsabilidad.

Esta responsabilidad la ejercerá mi Gobierno aplicando todas las mejoras necesarias, dentro de sus competencias, para contrarrestar en lo posible el daño causado por la postergación de la Historia de España, y los mismos conceptos de España y la Hispanidad, en los planes de estudio del Gobierno de Sánchez. Para que los jóvenes que estudien en la Comunidad de Madrid sí puedan saber quiénes son.

Conmemoramos en este acto la Batalla de Covadonga, que Claudio Sánchez Albornoz situó, por primera vez, en el 722, hace ahora 1.300 años. La batalla que, según nuestra Historia, mezclada en este caso con la tradición, frenó la invasión musulmana del 711 y dio comienzo a la Reconquista.

La “Reconquista” no debería ser un término cualquiera para un español, pero tampoco para ningún europeo.

Un historiador tan moderno como egregio, catedrático de instituto y académico, Antonio Domínguez Ortiz, decía que la romanización y la reconquista constituyeron, respectivamente, la base de nuestra unidad nacional y el generador de la individualidad hispánica. Nada menos.
La Reconquista no se parece a nada que haya ocurrido en ninguna otra nación del mundo. Durante casi ocho siglos, España luchó por seguir siendo Europea, Occidental y libre. ¿Qué otra nación del mundo ha sido sometida en un proceso semejante de conquista e islamización y se puede llamar hoy “Occidente”? Esta unicidad de España tuvo unas consecuencias que alimentaron las raíces más profundas del ser hispánico, que nos permitió dar al mundo algunos de los mejores frutos de la Historia.

Desde muy pronto, tras la hazaña de don Pelayo y los suyos, caló el sentimiento de la llamada «España perdida». No me canso de repetir el término «España» pese a los que niegan que España ya existiera entonces. No es cierto lo que dicen.

Un siglo antes de la Batalla de Covadonga, uno de los mayores sabios de la Historia de la Humanidad, cuya estatua nos recibe aquí cerca, en las escaleras de entrada a la Biblioteca Nacional, San Isidoro de Sevilla, ya escribía:  «De todas las tierras que se extienden desde el mar de Occidente hasta la India tu eres la más hermosa. ¡Sacra y venturosa España, madre de príncipes y de pueblos!». El germen de esta España libre es lo que hoy conmemoramos aquí.

Como vemos, son muchas las lecciones de este momento crucial de nuestra Historia, que algunos quisieran, por desgracia, borrar.
Como explicó  Julián Marías, estos siglos de lucha también nos enseñaron a convivir con «el otro», a tratarlo como el enemigo invasor, sí, pero como persona. Cuando para el resto de europeos los musulmanes eran poco menos que unos seres monstruosos, para nosotros eran los que vivían junto a nosotros en nuestra “España perdida”: con los que hacíamos la guerra, la paz, o el amor…

Este empeño histórico y esta vivencia humana que se dieron simultáneamente, nos permitieron nuestros mayores logros en la Historia, casi incomprensibles para muchos:

– El Camino De Santiago, que es la gran vía europea de fe y cultura, aún viva.
– La Escuela de Traductores de Toledo, que recuperó la herencia de los clásicos greco-latinos, preparando así el terreno para nuestro Siglo de Oro y el del resto de Europa.
– Las primeras Cortes de la Historia, en León, en 1188.
– El diseño de la Diplomacia Moderna, junto con el Papado, en tiempos de los Reyes Católicos
– La elaboración de la primera doctrina moderna del llamado después Derecho Internacional y de la primera escuela de liberalismo, la Escuela de Salamanca.
– Los primeros Códigos de Derechos Humanos de la Historia: las Leyes de Burgos, y las posteriores Leyes de Indias.

Y nace el gran logro: la Hispanidad, que culminaría en la institución de los Virreinatos y del maravilloso Barroco Hispanoamericano.

Como ven, nada de esto podría haber ocurrido sin la hazaña de don Pelayo y la empresa a la que dio comienzo.

Ahora se entiende mejor el que esa “España perdida”, una España cristiana, europea, libre, fuera el referente de muchas generaciones consecutivas, y el germen de este espíritu español, que luego la Monarquía Hispánica haría universal.¿Cómo vamos a olvidarnos de todo esto? ¿Y por qué? ¿Quién gana y qué gana? Solo el resentimiento o la ignorancia más suicida pueden llevar a España, a Hispanoamérica, o a Europa entera, a olvidar o desconocer todo esto que hoy celebramos; precisamente en momentos tan terribles y decisivos.

Nuestra Historia común y única nos hace, nos enseña y nos llama, desde el pasado, a construir el futuro.

Mi responsabilidad hoy al recibir esta medalla era recordarla y, como responsable política, es mi deber garantizar que los niños y jóvenes de la Comunidad de Madrid reciban su herencia; y que esto sirva para inspirar al resto de España. Para que, luchando contra el olvido, el rencor y la desidia, recuperemos juntos la España perdida o en peligro de perderse.>>

 


Medalla del Real Cuerpo de la Nobleza del Principado de Asturias a la Presidenta de la Comunidad de Madrid.

martes, 16 de agosto de 2022

Los diez días de la capitán García en Afganistán.


Sin apenas dormir, la uniformada participó en la misión de rescate a los ex colaboradores.


Capitán Amanda García Oliva


Hace ahora un año de aquella impactante imagen de decenas de personas corriendo detrás de un avión militar estadounidense para tratar de escapar de la barbarie del régimen talibán en Kabul. Algunos incluso se subieron al tren de aterrizaje en su intento desesperado por salir del país. Tan solo unas horas después, España ponía en marcha una ambiciosa operación de rescate para «no dejar a nadie atrás», tal y como anunció el presidente, Pedro Sánchez, y volvió a repetir el ministro de Exteriores, José Manuel Albares, hace tan solo unos días tras la llegada de un nuevo avión con cerca de 300 colaboradores que todavía permanecían en el país. «Me llamaron por teléfono y me dijeron que necesitaban formar equipos mixtos por el tema religioso. Me preguntaron si tenía disposición para ir a Zaragoza ese mismo día con destino Dubái para evacuar a todo el personal posible». La que habla es la capitán Amanda García Oliva, destinada hace un año en el Ala 48 del Ejército del Aire. Atiende a LA RAZÓN por teléfono mientras prepara de nuevo su mochila para otra misión, en esta ocasión, Irak.

Entre el 17 y el 27 de agosto del verano pasado voló hasta diez veces, en vuelos que cubrían la ruta entre Madrid y Dubái, o entre Dubái y Kabul. Afirma que no había tiempo para el descanso, pero que el cuerpo apenas lo notaba. «Lo recuerdo con cierta melancolía porque es cierto que fue una misión difícil y complicada tanto físicamente, porque era una misión en la que estuvimos mucho tiempo despiertos y realizando muchos vuelos, como también psicológicamente. Lo volvería a hacer, sin ninguna duda».

La misión española logró sacar en un tiempo récord a más de 2.200 personas, muchas de ellas menores y mujeres. «Recuerdo cierta diferencia entre las miradas y los rostros de las primeras personas que sacamos de allí y los últimos». Los primeros –rememora– llegaban sin apenas equipaje, tan solo con lo puesto y eran, principalmente, los núcleos familiares cercanos. «Conforme iban pasando los vuelos, claro, las personas estaban más deterioradas porque estaban más cansadas, pero sí que es cierto que la gente se animaba a hablar más, las familias eras más grandes y llegaban con más equipaje».

Ya en el interior de los aviones, la capitán enfermero del cuerpo militar de Sanidad atendía a los ex colaboradores y sus familiares. «El personal que estaba en el aeropuerto ya nos los traía bastante filiados», explica. «Nos encontramos con muchas quemaduras, sobre todo en niños o bebés por su prolongada exposición al sol; deshidrataciones, ataques de ansiedad, gente que venía con alguna lesión previa...», enumera.

De aquellos días de tensión en el aeropuerto de Kabul –los talibanes dieron un ultimátum a los países occidentales y permitieron solo la entrada y salida de los aviones hasta finales del mes de agosto–, surgieron decenas de imágenes de la desesperación de la población que esperaba en las inmediaciones del aeropuerto internacional para poder salir. «Yo no estuve en la valla, solo en la pista. Allí la situación era de calma y orden porque nuestro personal y el los otros ejércitos iban filiando a su gente y ya solo entraban las familias que tenían plaza en el avión».

Un año después de aquella experiencia, la capitán Amanda García sigue recordando algunos de los rostros de las personas que rescataron durante aquellos frenéticos días. «Muchos no sabían, ni siquiera, a qué país volaban. Y los niños, me sorprendió la entereza con la que actuaron», recuerda. «Había una pareja –una mujer y un hombre– que viajaban con dos menores. El personal nos dijo que la mujer no estaba muy bien de la cabeza. Recuerdo que el bebé tenía la cara quemada. Ya en el interior del avión, la mujer dejó caer al bebé y se echó a dormir. Tras examinarlo y curarle las quemaduras, me llamó la atención la generosidad del resto de mujeres que viajaban en el avión porque compartieron lo poco que tenían con ellos y se hicieron cargo del bebé. Durante estos meses me he preguntado qué habrá sido del pequeño», dice. No en vano, la mayoría de los evacuados durante la misión española fueron familias cuya edad media se situaba en los 22 años y casi un 30% eran niños y niñas de 10 años o menos.

Esta madrileña de 41 años, acumula misiones en Afganistán, Líbano, Sigonella y Yibuti, entre otros destinos. De todas esas experiencias extrae algo para aplicar en la siguiente. «Todas las misiones te enseñan algo. Esa predisposición, por ejemplo, a salir de la noche a la mañana es, en parte, una consecuencia de mi labor en otras unidades, como en la UME donde recibes una llamada y en horas estás a kilómetros de tu casa, en un incendio». Su labor al frente de las Fuerzas Armadas es todo un orgullo para su familia, según explica, en una conversación con LA RAZÓN. Incapaz de permanecer en una oficina, reconoce que en su casa ya están acostumbrados a la peligrosidad de sus destinos. «Tengo una perrita que me espera en casa. Mis padres ya están habituados y mis hermanos cuentan mis historias, con orgullo», admite.

«Estamos para cuándo y dónde nos necesiten», destaca la capitán García Oliva, que el año pasado fue premiada por el ministerio de Defensa con el reconocimiento «Soldado Idoia Rodríguez», uno de los mayores baluartes a las mujeres en las Fuerzas Armadas.

sábado, 6 de agosto de 2022

UNAMU celebra la festividad de San Ignacio de Loyola.


La Unión de Milicias Universitarias de Málaga, con veteranos que realizaron esta desaparecida modalidad de servicio militar, homenajearon a su patrón


El pasado 29 de julio la Unión de Milicias Universitarias de Málaga (UNAMU) celebró la festividad de su patrono, San Ignacio de Loyola. Por este motivo tuvo lugar una misa y posteriormente una cena en la Casa Diocesana, junto al Seminario de Málaga, con la asistencia de socios, familiares y autoridades civiles y militares.

En el transcurso de esta celebración se otorgaron diplomas con motivo del 50 aniversario de la jura de bandera de los oficiales y suboficiales de esta antigua y recordada milicia. Además, se impusieron las becas universitarias a los socios de nuevo ingreso.

viernes, 5 de agosto de 2022

Juan Antonio Vicente: «D. Manuel Gámez fue un referente musical en Málaga y, para mí, fue como mi segundo padre».





Juan Antonio Vicente Téllez es el presidente de la Coral Santa María de la Victoria y explica, ante los micrófonos de COPE Málaga cómo nació esta institución musical y cómo es su vida en la actualidad. Aquí pueden escuchar el podcast.

viernes, 15 de julio de 2022

Japón después de Abe.

 


Abe supo leer el nuevo escenario geopolítico con una gran capacidad de anticipación. Ante el choque entre China y EEUU, propuso una reformulación de la política exterior y de seguridad niponas coherente con los valores democráticos y liberales de la sociedad japonesa, primero impuestos y luego plenamente asumidos.

JOSEP PIQUÉ |  14 de julio de 2022



Fila para atender el funeral por Shinzo Abe en el templo Zojoji, en Tokio (12 de julio de 2022). GETTY

La sociedad japonesa y la comunidad internacional se han visto fuertemente sacudidas por el asesinato de su ex primer ministro Shinzo Abe, mientras participaba en un acto de campaña electoral, aparentemente por un perturbado y vengativo “lobo solitario”. La conmoción ha venido acrecentada por la gran seguridad ciudadana que tiene Japón y por su legislación enormemente restringida para la tenencia de armas.


En cualquier caso, el impacto ha sido especialmente significativo por la personalidad y la acción política desarrollada por Abe como primer ministro en dos etapas. Una inicial, muy corta, y una segunda mucho más larga, que han hecho que su mandato conjunto haya sido el de mayor duración desde el final de la Segunda Guerra Mundial. Pero más allá de la duración, conviene fijarse en el contenido y la concreción de sus políticas. Unas políticas centradas en dos ámbitos: la política exterior y de seguridad, por una parte, y la política económica, por otra.

En lo que se refiere a esta última, sus recetas son conocidas como Abenomics y constan de tres “flechas” o campos de actuación. La primera es una política monetaria ultra-expansiva, con instrucción clara al Banco de Japón, que pretendía salir de la espiral de deflación y estancamiento económico que aqueja al país desde la década de los noventa, desarrollando una política sobre toda la curva de tipos orientada a incrementar la demanda efectiva y mantener tipos de interés reales nulos o negativos. La segunda, una política fiscal “flexible” y contra-cíclica, con grandes estímulos a través del gasto público (acompañada de subida de impuestos indirectos) sin incrementar la deuda, ya de por sí enormemente elevada. Y la tercera, las reformas estructurales.

Reformas concretas, como reforzar el segundo aeropuerto internacional de Tokio para atraer turistas y negocios, cambiar el sistema de pensiones, reforzar la resiliencia del comercio de materias primas en un país altamente dependiente, o en el mercado laboral. En particular, facilitar la entrada de trabajadores extranjeros (en uno de los países más cerrados del mundo y étnicamente más homogéneos, producto de su insularidad y su historia) y la incorporación de la mujer al mercado de trabajo, muy limitada por razones culturales.

«Japón sigue siendo un país con una tasa de participación femenina en el mercado laboral muy baja. No basta con la legislación, es necesario un cambio cultural muy profundo que requiere mucho tiempo»

Las dos primeras “flechas”, en tanto que políticas de demanda, son relativamente fáciles de implementar, sobre todo la primera. La tercera ha tenido resultados desiguales y concretamente Japón sigue siendo un país con una tasa de participación femenina en el mercado laboral muy baja. No basta con la legislación. Es necesario un cambio cultural muy profundo que requiere mucho tiempo.

Sin embargo, mucho más remarcables son sus logros económicos en las relaciones exteriores y que van ligadas a una nueva política exterior y de seguridad. Ahí la huella de Abe es mucho más profunda e indeleble.

El ejemplo paradigmático es el impulso al Tratado Transpacífico (TPP, por sus siglas en inglés) de libre comercio e inversiones entre 12 países de ambas orillas, al margen de China e incorporando a Estados Unidos. Lamentablemente, Donald Trump decidió no ratificarlo, pero Abe persistió en llevarlo adelante con los otros diez y dejando la puerta abierta a una futura incorporación estadounidense. A ello hay que añadir la Asociación Económica Integral Regional o RCEP (otro acuerdo comercial, menos ambicioso, entre países asiáticos y que sí incluye a China y del que India se descolgó en el último momento). Una apuesta por la apertura económica y comercial, liderada por Japón y que conecta con la gran aportación geopolítica de Abe: el concepto del Indo-Pacífico Libre y Abierto, endosado rápidamente por EEUU, y que busca defender sociedades, economías y prácticas políticas abiertas, para hacer frente al crecientemente agresivo expansionismo de China. Abe supo leer prematuramente el desafío planteado por una China con la ambición de sustituir a mediados de este siglo a EEUU como la gran superpotencia global.

Ello le llevó a replantear y reforzar el QUAD (foro de diálogo entre EEUU, Japón, Australia e India) que, más allá de un foro político, es el embrión de una alianza más profunda que incluye el ámbito militar (con maniobras aeronavales conjuntas en el Índico) y que está formado por países que se sienten amenazados por la potencia de China (con la que Japón mantiene un contencioso territorial por las islas Senkaku en el mar de la China del Este).

«Abe complementó la pugna con Pekín con iniciativas de financiación de infraestructuras, sostenible, transparente y no coercitiva para contrarrestar la Nueva Ruta de la Seda china»

Al mismo tiempo, y con la misma lógica, potenció una relación cada vez más estrecha con India y Australia como dos polos esenciales para evitar un Indo-Pacífico dominado por la gran potencia asiática. Una pugna que se complementó con iniciativas de financiación de infraestructuras, sostenible, transparente y no coercitiva, precisamente para contrarrestar la estrategia china de penetración en todos los continentes y que conocemos como la Franja y la Ruta (la Nueva Ruta de la Seda).

Todo ello en un difícil equilibrio, intentando mantener relaciones fluidas con la propia China, con Corea del Sur (con el grave problema de las llamadas “mujeres de confort” durante la Segunda Guerra Mundial, agravado por su visita al Santuario Yasukuni, en el que reposan héroes militares considerados criminales de guerra por Seúl y la comunidad internacional) o con Rusia (con la que tiene el contencioso de las Islas Kuriles, ocupadas por la Unión Soviética aprovechando la rendición de Japón después de Hiroshima y Nagasaki).

‘Japón vuelve’

Pero el gran desafío de Abe fue transformar profundamente la política exterior en su vector de seguridad y defensa.

El gran escollo era de naturaleza jurídica y política, dada la Constitución pacifista impuesta por EEUU después de la derrota en 1945, por la que, en su artículo 9, limita las capacidades militares a las llamadas Fuerzas de Auto-Defensa, sin capacidades ofensivas y con la prohibición de tener armas nucleares en su territorio a pesar de las importantes bases militares estadounidenses en el mismo, en aplicación de la llamada Doctrina Yoshida, por la que se priorizó la recuperación económica (Japón sigue siendo la tercera economía del mundo y es una gran potencia tecnológica) y delegaba su seguridad en el “paraguas” nuclear (y convencional) de EEUU.

Abe planteó su reforma, algo hartamente complicado en un país pacifista aún traumatizado por el horror de las dos únicas bombas nuclearas usadas hasta el momento, y que hasta ahora no ha sido posible, aunque la amplia victoria del Partido Liberal Democrático (y del Komeito) en los últimos comicios puede ser una puerta abierta a tal modificación. El camino seguido, pragmáticamente, fue la “reinterpretación” de dicho artículo, ampliando la “auto-defensa” a la defensa de sus aliados si estos eran amenazados o atacados.

Para ello, puso en marcha el Consejo de Seguridad Nacional que, bajo su autoridad, coordinaba las tres armas y se dispuso a superar el tradicional 1% del PIB invertido en defensa, para equipararse a los parámetros de la Alianza Atlántica, llegando al equivalente al 2%. Ello implicaba capacidades en defensa antimisiles, aviones de caza de última generación o sistemas de detección por radar de alto alcance. Temas tabú hasta entonces.

«Aumentar el PIB invertido en defensa hasta el 2%, para equipararse a los parámetros de la Alianza Atlántica, implicaba capacidades en defensa antimisiles, aviones de caza de última generación o sistemas de detección por radar de alto alcance, temas tabú hasta entonces»

En definitiva, Japón tenía que asumir, para Abe, un papel mucho más proactivo y protagonista en su defensa y seguridad, en paralelo con un refuerzo de la alianza con EEUU, mediante el QUAD o la profundización de los acuerdos bilaterales (que podrían llegar a incluir en su caso la instalación disuasoria de armamento nuclear en su territorio).

Una de las frases preferidas de Abe era “Japan is back”. Japón vuelve. Y quiere dejar de ser solo una enorme potencia económica, sino un sujeto político reconocido, de la mano del refuerzo de sus capacidades militares y una política exterior mucho más asertiva que en el pasado.

Seguramente, Abe supo leer el nuevo escenario geopolítico con una gran capacidad de anticipación. Un mundo en el que reaparece un nuevo enfrentamiento bipolar (ahora entre EEUU y China), que le afecta muy directamente, y que requiere de una reformulación de los actores y el establecimiento de alianzas de amplio espectro, desde las económicas y comerciales a las militares. Una reformulación que Abe quería coherente con los valores democráticos y liberales de la sociedad japonesa, primero impuestos y luego plenamente asumidos. El claro alineamiento de Japón con Occidente en las respuestas a la agresión criminal e ilegal de Rusia a Ucrania es un buen ejemplo. Además, lanza un mensaje a China, en el sentido de comprometerse, de la mano de EEUU, con la protección de Taiwán ante una posible invasión por parte de la República Popular.

«La posición japonesa en la guerra de Ucrania lanza un mensaje a China, en el sentido de comprometerse, de la mano de EEUU, con la protección de Taiwán ante una posible invasión»

De ahí, también, su creciente implicación con Europa, tanto con la Unión Europea como con Reino Unido para que desempeñe un papel no solo en el ámbito atlántico, sino también en el nuevo “Gran Juego” que se desarrolla en el Indo-Pacífico. Mención especial merecen las dos visitas de Abe a España. La primera, en 2014, para “peregrinar” a Santiago de Compostela, con el presidente Mariano Rajoy, y la segunda, en 2018, para conmemorar el 150 aniversario del establecimiento de relaciones diplomáticas y para la firma de un acuerdo de “Asociación Estratégica”.

Una implicación no solo, pues, en el campo económico y comercial, sino también en el de la seguridad colectiva.

En definitiva, Abe ha sido, sin duda y por derecho propio, el político japonés más importante desde el final de la Segunda Guerra Mundial. Por su voluntad de reorientación estratégica, de transformación y de adaptación a un futuro distinto que vio antes que nadie.

Algunos le consideran un político nacionalista japonés. Y lo ha sido. Otros, como un político cercano a la ultra-derecha. No lo era. Era un hombre comprometido con su país y su tiempo y que utilizó el poder no para disfrutarlo, sino para ejercerlo para cambiar su país, pensando no solo en el corto plazo, sino con mentalidad estratégica y de largo plazo.

Merece ese reconocimiento y que descanse en paz.



miércoles, 13 de julio de 2022

¿QUÉ VAN A HACER LOS EJÉRCITOS CUANDO SE DESHONRE A SUS HÉROES? Rafael Dávila Álvarez.




¡Ay el Honor! Honor y valor son el barro con el que se construye al soldado. Se le destruye con un soplo de traición. Siempre es lo mismo entre los que hacen la guerra sin entender de virtud, sino de interés suyo y malvado.

El militar cuyo propio honor y espíritu no le estimulen a obrar siempre bien, vale muy poco para el servicio.

Así con esas estrellas guías de comportamiento entregaron su vida los soldados, y soldados eran todos los que con su virtud enriquecían a España y, aunque pobres, todo lo entregaban: el campesino, el embajador, el general o el recluta, el cardenal o el cura de la parroquia.

¡Ay España que traicionas a quienes te aman y abrazas a los que te traicionan!

Ya no es España, esa no es España, sino lo que los traidores quieren que sea. Por ahora mandan.

Los Ejércitos de España hablaron después de ver tantas vidas entregadas a cambio de nada. Se les debía todo y nada les fue dado. Una condecoración para el pecho, mejor para su tumba. Sin título heredado; que llegue el olvido una vez enterrado el héroe.

Laureados y Medallas Militares olvidados. El título se lo tragó la tumba, bajo la tierra húmeda. Inorgánico.

La Real y Militar Orden de San Fernando se muere —¿no ha muerto ya?— y no por la edad sino por la Ley. La matan por la espalda.

Una Orden cuya misión principal es conservar los historiales que custodia: los del valor y el honor. Son las virtudes por las que te examinan para entrar en ella, pero los examinadores ya no se atreven ni saben. Se murieron los héroes y se borraron sus nombres; nadie parece haber recibido la herencia.

Ya no queda ningún Laureado ni Medalla Militar con vida ni tampoco parece que haya nadie dispuesto a abrir un expediente. El heroísmo se lo otorgan otros.

Es misión de la Real y Militar Orden conservar su recuerdo y ejemplo. Todos estarán y deben estar presentes, siempre, en esa institución cuya misión no es solo administrativa sino mucho más importante: espiritual. Porque son los héroes de España, y España se debe a sus héroes, sin más, sin preguntar, sin analizar más allá del valor y el honor, lo que la historia concedió al que su vida como héroe le entregó.

Ahora se abre un gran interrogante. En la Guerra Civil se concedieron alrededor de 70 Laureadas Individuales y 1214 Medallas Militares Individuales. A esos números hay que sumar los de Laureadas y Medallas Militares Colectivas que lucen las banderas de las unidades que las obtuvieron, aunque muchas de ellas han desaparecido y, lo que aún es peor, sus historiales duermen en la oscuridad de la historia olvidada con alevosía.

¿Qué se va a hacer con esas banderas, con esos hombres, con esos héroes a los que la Ley -con vileza llamada Memoria Democrática-camino de aprobarse? ¿Tendremos que desenterrarlos, llevarlos a otras tierras, retirarles el honor y traicionar a la Historia?

Por la tibieza de muchos y la maldad de unos pocos, algunos uniformados, se han borrado nombres de héroes de las calles, de los Regimientos y retirado de las efemérides sus acciones ¿Por qué? ¿Qué calificación le da la ley a esos hechos? ¿Qué calificación le da la Asamblea de la Real y Militar Orden?

¿Habrá que destruir sus historiales? ¿Desprender de las banderas las corbatas Laureadas? ¿Borrar de la historia militar a miles de héroes?

Son cerca de dos mil expedientes de los héroes de España. ¿Qué va a pasar con ellos a raíz de la nueva ley camino de aprobación?

Guardo con fervor, como ejemplo y honor, con devoción, la Medalla Militar Individual de mi padre ganada en Ciempozuelos al frente de una Sección de Regulares, la unidad más condecorada del Ejército español.

Nunca me habló de aquello y tuve que enterarme de lo que protagonizó leyendo a hurtadillas su hoja de servicios. Nunca hablé con mi padre de la Guerra Civil porque me decía que aquello había que olvidarlo y seguir caminando. Pero yo leía su acción, con fervor, sin rencor, sin enemigo al que señalar porque una bala le llevó al depósito de cadáveres de donde un milagroso médico le recuperó.

No hay rencor en mis palabras. Ni siquiera para los que pretenden revivir aquello que nos ancló en el dolor y el enfrentamiento.

Si la historia se escribe o se relata con rencor, no es historia sino dolor. Y dolor es lo que siento al ver como un viento inoportuno, presagio de otros males, se levanta en España dejando al descubierto heridas pasadas.

Los campos, aquellos de la guerra, están ahora sobrecogedoramente solitarios. Allí han quedado los de un bando y los del otro. En el fondo eran los mismos, en un bando y en el otro.

Dejad que los héroes, de uno y otro lado, todos, permanezcan con honor y el merecido respeto; y se les recuerde sobre el campo de batalla. Allí estarán sus historiales, en la tierra ardiente que ahora brota de plenitud. No habrá ley que impida recordar lo que en esas soledades ocurrió. Soledades que nadie tiene derecho a emponzoñar.

«Espera, traidor, que no te valdrán trazas, estratagemas, embustes ni encantamientos para librarte de mis manos».

11 julio 2022

Rafael Dávila Álvarez. General de División (R.)


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